3) Hay que evitar la industrialización hacia dentro, la autarquía, un modelo
seguido por muchos países, entre ellos España (1939-1959) y buen número de
países de Hispanoamérica. La industrialización hacia dentro, con cierre de fronteras
económicas, obliga a que las empresas confíen tan solo en el mercado interior, lo
cual da como resultado costes altos y empresas ineficientes.
4) En un mundo cada vez más comunicado, es muy conveniente que los países
apoyen su desarrollo en una comunicación creciente con los grandes
mercados. La distancia física es, a veces, una rémora considerable pero no la más
importante: para que la incorporación se produzca es necesario que la inversión
extranjera alcance niveles considerables y la inversión no se producirá si existen
determinadas trabas legales para invertir y para repatriar beneficios o si el clima
político del país considerado es inestable.
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