La puesta en marcha de medidas alternativas a las que se han venido usando en el sistema educativo a lo largo del tiempo suele chocar con los perfiles del profesorado, de las familias y del mismo alumnado. La puesta en marcha de medidas alternativas a las que se han venido usando en el sistema educativo a lo largo del tiempo suele chocar con los perfiles del profesorado, de las familias y del mismo alumnado. Las formas de actuar parten más de “creencias” que de “ideas”, por lo que son difíciles de modificar. Nos podemos encontrar con trabas de todo tipo, por ejemplo profesores que piensan que pierden autoridad a favor de los alumnos; familias que tienen estilos autoritarios de educar y quieren lo mismo en los centros educativos; o alumnos que prefieren que se les aplique el reglamento en lugar de implicarse en procesos participativos. Estos son algunos de los problemas que conlleva trabajar por “otra escuela”. Cuando trabajamos en mediación escolar lo hacemos desde parámetros radicalmente distintos a los de la escuela tradicional. No se trata, por tanto, de aplicar una nueva estrategia, sino de ir hacia una nueva escuela.
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