Trastornos de la percepción Contexto histórico

Trastornos de la percepción
Contexto histórico:
Los trastornos de la percepción han sido objeto de interés desde hace mucho tiempo en la historia de la medicina y la psiquiatría. En la antigua Grecia, se describieron trastornos visuales y auditivos, y se creía que estos podían ser causados por una mala digestión o por la presencia de un demonio. En la Edad Media, se creía que los trastornos de la percepción eran un castigo divino o una posesión demoníaca.
En el siglo XVII, el filósofo y médico francés René Descartes propuso que la percepción dependía de la interacción entre el cuerpo y la mente, y que los trastornos de la percepción podrían deberse a una disfunción en esta interacción. En el siglo XIX, los psiquiatras alemanes Emil Kraepelin y Kurt Schneider describieron los trastornos perceptivos como un síntoma de la esquizofrenia, y elaboraron clasificaciones de los mismos.
En la década de 1950, la investigación en neurología y psicología llevó a la identificación de las áreas del cerebro responsables de la percepción sensorial y la comprensión de la percepción como un proceso cognitivo complejo. En las últimas décadas, la investigación ha avanzado en el campo de la neuroimagen, permitiendo una mejor comprensión de los procesos cerebrales subyacentes a los trastornos de la percepción.
En resumen, el contexto histórico de los trastornos de la percepción ha evolucionado desde creencias místicas y supersticiosas a una comprensión más científica de los procesos cerebrales involucrados en la percepción. A través de la investigación médica y científica, se han establecido criterios diagnósticos y tratamientos efectivos para los trastornos de la percepción.


Def:
Los diferentes trastornos de la percepción son una serie de distorsiones perceptivas que se producen cuando se percibe de una manera diferente un estímulo que se encuentra delante dadas las características formales del mismo, por lo que es accesible a los órganos sensoriales del sujeto que padece uno de los trastornos de la percepción, pudiendo haber dos posibilidades fundamentales.

Una sería cuando el sujeto tiene una percepción diferente de la habitual y/o más previsible, teniendo como referencia las experiencias anteriores al respecto, así como también el modo común de percibir ese estímulo por otras personas y también las experiencias previas de la propia persona con respecto a la percepción de dicho estímulo. Los trastornos de la percepción en ese caso serían aquellas distorsiones relacionadas con la forma, el tamaño, la distancia, la intensidad, entre otras.

Otra modalidad sería la que se da en aquellos casos en los que la persona experimenta una percepción distinta de la que se debería producir en el caso de que tuviera únicamente en consideración la configuración formal o física del estímulo, como ocurre en el caso de las ilusiones. En este caso el trastorno no se encuentra en los órganos perceptivos, estrictamente hablando, sino que se encuentra en la percepción que la propia persona elabora a partir de un estímulo concreto; en otras palabras, la manera de construir en su mente la percepción del mismo estímulo.