Trastornos de la percepción Contexto histórico

Las anomalías en la percepción de la formal y/o el tamaño (Metamorfopsias)
Las metamorfosis son unas psicopatologías de la percepción relacionadas con una serie de distorsiones en la percepción de la forma y/o el tamaño de los objetos. Dentro de esta categoría podemos encontrar las “megalopsias” (macropsias), que consisten en la percepción de los objetos a una escala superior a la real; mientras que en el caso de las “micropsias” ocurre justo lo opuesto.
Luego también están las “autometamorfopsias” que se dan cuando la persona percibe de forma distorsionada las partes de su propio cuerpo.


Las anomalías en la integración perceptiva
En este grupo se encuentran aquellas psicopatologías de la percepción en las que la persona no es capaz de establecer nexos o conexiones que suele haber entre dos o más percepciones que proceden de modalidades sensoriales distintas.
Por ejemplo cuando una persona ve la televisión y tiene la sensación de que lo que ve y lo que oye no están relacionados, a pesar de que lo que oye es lo que está diciendo la persona que está viendo a través de la televisión, esto es lo que podríamos denominar como “escisión perceptiva”. Por el contrario, cuando se da una “aglutinación perceptiva”, se produce un fenómeno completamente opuesto al de la escisión perceptiva.
En el caso de que se produjera un fenómeno conocido como “sinestesia”, se podrían dar casos como, por ejemplo, que la persona afirme que es capaz de ver distintos colores en función de las características de la frecuencia y el timbre, entre otras, de una canción musical que está escuchando.


Diagnóstico:

El diagnóstico de un trastorno de la percepción se realiza a través de un proceso empírico y médico que combina la evaluación clínica, la entrevista con el paciente y, en algunos casos, pruebas diagnósticas específicas. A continuación, se detallan los pasos a seguir para el diagnóstico de un trastorno de la percepción.

Evaluación clínica: El médico o especialista en salud mental realizará una evaluación clínica exhaustiva del paciente para recabar información sobre sus antecedentes médicos, psiquiátricos y familiares. También se llevará a cabo una evaluación del estado mental y emocional del paciente para detectar la presencia de síntomas de trastornos de la percepción.
Entrevista con el paciente: El especialista en salud mental llevará a cabo una entrevista con el paciente para obtener información detallada sobre sus síntomas, la frecuencia y duración de las percepciones anómalas y cualquier otro factor que pueda estar influyendo en el problema.
Pruebas diagnósticas: En algunos casos, se pueden llevar a cabo pruebas diagnósticas complementarias para evaluar el estado físico del paciente y descartar otras posibles causas de los síntomas. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre, estudios de imagen cerebral, pruebas auditivas y visuales, entre otras.
Criterios diagnósticos: Los trastornos de la percepción están incluidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), que es el manual de referencia utilizado por los especialistas en salud mental para el diagnóstico de trastornos mentales. Para el diagnóstico de un trastorno de la percepción, se deben cumplir los criterios diagnósticos establecidos en el DSM.
Diagnóstico diferencial: Es importante realizar un diagnóstico diferencial para descartar otras posibles causas de los síntomas. Algunas condiciones médicas y neurológicas, así como el consumo de drogas y medicamentos, pueden producir síntomas similares a los trastornos de la percepción.
En conclusión, el diagnóstico de un trastorno de la percepción requiere una evaluación clínica exhaustiva, la entrevista con el paciente, pruebas diagnósticas específicas y la aplicación de criterios diagnósticos establecidos. Es importante realizar un diagnóstico diferencial para descartar otras posibles causas de los síntomas y garantizar un tratamiento adecuado y efectivo