Bolchevique. Diario 1920-1922 [ I a ed.]. Tenerife/Madrid Tierra de Fuego/LaM alatesta Editorial, 2013
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•— * * r - -------- — ^ • , - ¡r - Capítulo XXXIV Un juicio bolchevique El mito bolchevique Al saber que los antiguos archivos policiales estaban en posesión de la Comisión Extraordinaria, visité a Burov, elpredsedatel de la Checa. Muy alto y ancho, de rasgos gruesos y de carácter seco, me dio la impresión de un gendarme del régimen de los Romanov. Hablaba en un tono brusco, autoritario, evitando mi mirada, y pareciendo más interesado en el gran perro siberiano que estaba a su lado que en mi misión. No me permitió examinar los archivos del Departamento Tercero, aunque me prometió hacer una selección del material que pudiera parecer interesante para el Museo, y me preguntó si me podía llamar al día siguiente. Sus maneras no eran convincentes y tenía poca fe en sus promesas de ayudar me. A la mañana siguiente, su secretaria me comunicó que Burov estaba muy ocu pado como para atender mi solicitud, aunque podía verlo en el Tribunal Revolu cionario, donde tenía lugar un juicio. En el estrado del tribunal, se encontraban sentados tres hombres tras una mesa cubierta con un paño rojo, con la pared detrás de ellos decorada con litografías de Leniny Trotski. En una mesa más abajo del estrado, se encontraba el acusado, un joven delgado con un pequeño mostacho, y cerca de él, un anciano, su abogado. Burov, con el inmenso perro a sus pies, actuaba como fiscal del gobierno. El ban quillo estaba ocupado por los testigos, y los soldados estaban estacionados en los pasillos para preservar el orden. El prisionero fue acusado de actividades contrarrevolucionarias, la acusación la había realizado una mujer joven sobre la evidencia de que él la había denuncia do como comunista ante los Blancos. Los testigos fueron interrogados en primer lugar por la defensa, y posteriormente por el fiscal y los jueces. Según su testimo - nio, parece que el prisionero y su acusadora durante años vivieron en la misma casa y mantuvieron una relación íntima. El proceso se desarrolló por unos cami nos somnolientos y sin interés hasta que el abogado de la defensa intentó demos trar que la mujer, ahora miembro de la Checa, había tenido anteriormente una vida de mala reputación. Burov se alzó lentamente de su asiento y señaló con sus dedos al abogado, avisándole: -¿Intentas atacar la reputación de la Comisión Extraordinaria? El abogado, intimidado, apeló a la protección del tribunal. El juez que presidía, 233 Alexander Berkman con sus altas botas y su chaqueta de pana, mirando de manera cansina y dando sor bos a un café, expresó su simpatía revolucionaria con las víctimas sociales del aboli do orden capitalista y amonestó al abogado por persistir en prejuicios burgueses. Burov interrogó a los testigos de la defensa indagando sobre su modo de vida pasado y su actual adhesión política. Se refirió al prisionero como un vil contra rrevolucionario y logrando respuestas afirmativas a preguntas que anteriormente, los mismos testigos, habían negado. Uno, una mujer joven, testificó sobre la bue na conducta del acusado y su no pertenencia a ningún partido político. Se mostró asustada cuando Burov se señoreó sobre ella. La acosó a preguntas, y ella comenzó a mostrarse confusa. Bajo el influjo de la dominante voz del chequista, finalmente admitió que el acusado era su hermano. Un estallido de indignación se produjo entre la audiencia. En el banco enfrente de mí, un anciano gritó excitado: - ¡ La has atemorizado! Ella no es su familiar. ¡Es mi hija! El presidente del tribunal gritó silencio y ordenó arrestar a los alborotadores por comportamiento insultante hacia el alto tribunal. En el receso del mediodía encontré la oportunidad de hablar con Burov. Llamé su atención sobre la naturaleza de los testimonios. No tienen ningún valor, le indiqué; los testigos son intimidados. Burov estaba complacido. -No pueden jugar con nosotros y lo saben, dijo, indicando que todos los que no eran comunistas deben ser considerados como enemigos naturales del régimenbolchevique. -Las pruebas son discutibles, proseguí, ¿será el prisionero considerado culpable? -Exigiremos la "más alta pena” , replicó, empleando el término oficial para la pena de muerte. -Pero el hombre puede ser inocente, protesté. -¿Cómo puedes decir eso, tovarishtch?, me reprochó. ¡Hablas de pruebas! ¿Por qué? El tío de este tipo era un bourzhooi, un gran banquero. Huyó con los Blancos, y toda su fam ilia es contrarrevolucionaria. Lo mejor que se puede hacer con estos tipos es razmenyat (modificar, la expresión empleada en el sur para referirse a las ejecuciones sumarias). Al dejar la sala del tribunal, sin percatarme, entré en una pequeña habitación donde dos mujeres estaban sentadas en un banquillo. -Tovarishtch del centro, me saludó una de ellas. Ayer te vi con Burov. Evidentemente, me había tomado por un oficial de la Checa de Moscú, y rápi damente entró en confianza. Me comentó que fue ella quien consiguió la acusa- ^34 ----- = * - 7 ción contra el prisionero. Habían sido detenidos juntos por los Blancos y cuando fueron llevados a la comisaría, el acusado le susurró algo al oficial. Ella no pudo oír lo que le había dicho, pero estaba segura de que había inclinado su cabeza hacia ella. Ambos fueron encerrados, pero al poco tiempo el hombre fue liberado m ien tras que ella sería fusilada. Tenía claro que el hombre la había denunciado como bolchevique, a pesar de que no lo era en esos momentos. Se había hecho comunis ta después y ahora ayudaba a luchar contra los contrarrevolucionarios, como tú, tovarishtch, añadió de forma significativa. Su cara, maquillada deforma grosera, también sus labios, eratoscaysensual. Sus ojos resplandecían con un brillo vengativo y la consciencia del poder. Su compañe ra, más joveny más bella, se parecía a ella de manera muy marcada. -¿Son hermanas?, pregunté -Primas, contestó la más joven. Katia está mintiendo, habló vehementemente. Está celosa, el hombre la dejó; ya no la deseaba. Ella busca venganza. -¡Él no te deseaba!, la otra mujer la remedó. Eres muy joven, eso es todo. Y él es un sucio contrarrevolucionario. La puerta se abrió y entró una mujer. Parecía muy anciana, aunque su porte era majestuoso y su triste cara, hermosa en sus rasgos blancos como la nieve. -¿Eres un testigo?, preguntó la chica chequista. ¿Has sido llamada? -No querida, respondió en voz baja la anciana. He venido por mi propia cuen ta. Rió de manera bondadosa y continuó con su voz suave y melodiosa. Escucha querida, soy una mujer mayor y pronto moriré. He venido a contar la verdad ¿Por qué quieres la muerte de ese chico? Miró tiernamente a la chequista. Medítalo, querida. No te ha hecho ningún daño. -No lo ha hecho, aún así..., replicó con ira. - Querida, suplicó la anciana, colocando sus manos afectuosamente sobre los bra zos de la chica, olvídate del pasado. Te quiso y dejó de quererte, ¿por eso se merece la muerte, querida? Ah, soy una anciana y he visto mucha maldad a lo largo de mi vida. ¿Debemos siempre odiar y asesinar? -Al tribunal, gritó un soldado. Ambas chicas se levantaron a toda prisa, colocán dose su pelo y caminando hacia fuera. -¿Debemos siempre odiar y asesinar?, repetía la anciana siguiéndolas lentamente. El mito bolchevique ^35 - ------— — — — ■ - ........." Capítulo XXXV De vuelta a Petrogrado Después de una estancia de varios días, dejamos Nikolaiev, volviendo a Odesa por la misma carretera marítima. Seguimos la misma ruta y fuimos testigos de las mismas imágenes otra vez. Nuestro recibim iento fue todavía más antipáti co que la vez anterior. Ocasionalmente, algún soldado bondadoso se ofrecía a pagar con dinero soviético, pero los aldeanos alegaban que no podrían hacer nada con los papeles coloreados, y pedían artículos de fabricación. El chofer llenó una lata con gaso lina rebajada con agua, con la que convenció aun viejo campesino para cam biar la por un jamón ahumado, asegurándole que era el mejor queroseno de Rusia. Los vecinos protestaron, pero el anciano, demasiado asustado para rechazarlo, le entregó la preciada carne, refunfuñando: Ojalá el Señor se apiade de nosotros y le veamos marcharse pronto. En Odesa nos enteramos que el Ejército Rojo se está retirando completamente de Varsovia, y Wrangel avanza sin parar desde el sudeste. La situación alarmante hace imposible el progreso de la Expedición. Nuestra preocupación aumenta por la circunstancia de que el uso de nuestro coche expira el 3 i de octubre, después de lo cual la Comisión de Ferrocarriles tiene derecho a la confiscación inmediata, lo que implicaría la posible pérdida de nuestro material. Nuestras repetidas cartas y tele gramas han permanecido sin la respuesta de la Narkomput (Comisaría Popular de Caminos y Comunicación) de Moscú. No nos queda otra opción que regresar rápida mente a Petrogrado y entregar al Museo nuestra colección que ha crecido tanto que requiere untepulshka (vagón de carga) entero. 2 0 - 3 o de septiembre.- Por fin hemos dejado Odesa y ahora viajamos por lentas etapas hacia el norte. Las vías están obstruidas por trenes militares, locomotoras muertas, y vagones destruidos. En Znamenka nos topamos con la retaguardia del Duodécimo Ejército que se retira en desorden. Los bolcheviques están evacuan do puntos a lo largo de la ruta del esperado avance polaco. Grandes zonas han sido abandonadas sin ningún gobierno, los comunistas se han marchado, los polacos no avanzan. El Ejército Rojo se está replegando hacia Kievy Járkov. Nuestro tren se detiene constantemente o es cambiado de vías, para despejar el camino a los milita res. Debido al avance enemigo, nuestra Expedición podría quedarse completamente El mito bolchevique aislada del norte, encontrándose entre las fuerzas de Wrangel en el sur y el sudeste, y lo$ polacos en el norte y el noroeste. Avanzando sólo unas cuantas millas al día, pasamos Birsula, Vanyarki, Zhme- rinkay Kasatin. Los comunistas ya no niegan el gran desastre. La campaña polaca ha acabado en una completa derrota, y Wrangel hace que el Ejército Rojo retroceda ante él. Se alega que Makhno se ha unido al general contrarrevolucionario. Los periódi cos soviéticos que de vez en cuando encontramos en la oficina de enseñanza de las estaciones, tachan al líderpovstantsi de colaborador de Wrangel. Familiarizados con los métodos de la prensa comunista, no damos crédito a las noticias, pero nuestra ansiedad por conocer los hechos de la situación aumenta por las continuas noticias de que Inglaterra exige la completa retirada de los bolcheviques de Ucrania. Los accesos a Kiev están bloqueados, y nos detenemos a doce verstas de la ciu dad. Dos días de maniobras al fin nos llevan a una distancia desde donde vemos la estación de pasajeros, donde permanecemos esa noche. Kiev está siendo evacuada. Una visita a la oficina central sindical fracasa en encontrar cualquier funcionario destacado: se disponen a marcharse en caso de urgencia revolucionaria. Se especula mucho si los bolcheviques liberarán a los presos políticos antes de rendir la ciudad, ya que el enemigo ejecutará sin duda alguna a todos los revolucionarios que caigan en sus manos. En la calles, la alegría por la retirada de los comunistas se contradice con el temor a los odiados polacos. Al despertarme a la mañana siguiente a las nueve (según el horario nuevo; las siete según el sol) me sorprende no encontrar mi ropa en el lugar acostumbrado. Creyendo que mis a m ig o s me han gastado una broma pesada, les despierto. Toda mi ropa y mis efectos personales no están: ¡nos han robado! El ladrón entró cla ramente por la ventana abierta del pasillo-, la impresión de sus pies descalzos está todavía sobre la tierra blanda por la lluvia. Estamos seguros de que el robo lo come tió el militsioneri a cargo de un montón de leña a aproximadamente treinta pies de nuestro coche. Era una noche de luna. Nadie podría haber subido por la ventana sin que el centinela lo hubiese visto. En cualquier caso, una acción desesperada que se castiga en la actualidad con la muerte. Nuestras charlas con los soldados, preguntas e investigaciones n.o esclarecen el robo, y en el fondo nos alegramos. La pérdida, a pesar de ser importante, no merece una vida humana. % de octubre.-Viajamos hacia Kursk. Aún esperamos podervolver al sur por la vía de Yekaterinoslav, pero los r u m o r e s de la toma de esa ciudad por Wrangel son constantes. Es un día espléndido de otoño, despejado y soleado. El campo es muy bello; Mexander Berkman a 38 --•r — El mito bolchevique campos de tierra negra, viejos bosques de robles y abetos. Pero está empezando a hacer frío, y nuestro coche no tiene calefacción por falta de madera seca. Nuestras provisiones están casi agotadas-, incluso el ingenioso arte culinario de Emma Gold man es incapaz de preparar comidas con una despensa vacía. Por la tarde, una extraña puesta de sol en la ladera occidental, el horizonte irra dia un rojo luminoso. Amplias líneas púrpuras flotan sobre un fondo azul celeste, su base un amarillo claro de bordes desbilachados. Ahora el denso bosque oculta el cielo. Alcanzo a ver el brillo de la luz que como un fuego palidece a través de los árboles. Antiguos molinos de viento de tipo ruso y khati campesinas, sus tejados cubiertos de paja, paredes encaladas, pasan lentamente, volviéndose melancólico. Mujeres trabajando en los campos; niños guiando un rebaño de ovejas negras. Un campesino solitario camina con dificultad detrás de un par de bueyes engancha dos aun arado de diseño primitivo. El campo es uniforme, plano, monótono. Está oscureciendo; nuestras velas se han consumido. En la creciente oscuridad, con nuestra pequeña comuna alrededor de la mesa, compartimos recuerdos. Hoy se cumple un año de mi liberación de la prisión fede ral'97. Un año cargado de experiencias: intensos días de agitación contra el servicio militar y oposición a la matanza mundial, detención en la Isla de Ellis, deportación furtiva, y luego, Rusiay la vida del período revolucionario. Con la conmovedora curiosidad del ruso sobre todo lo norteamericano, nuestros colegas están absortos con la narración. El rascacielos, que se eleva valientemen te hacia las alturas, es el símbolo de un mundo remoto para ellos. Aunque teórica mente familiarizados con la industrialización norteamericana, su fe en dicho país como una nación libre es proverbial, persistente, y experimentan una desagradable sorpresa ante el recital sobre la realidad de nuestra vida económica y política. Habi tuados a imaginarse al americano como un caballero de naturaleza noble, con un toque de irresponsabilidad varonil casi semejante a una interesante locura, quedan profundamente impresionados por la imagen de prisiones con sus torturas en soli tarias mazmorras subterráneas, y campos de retención. Bajo el régimen zarista más cruel, me aseguran, los presos políticos recibían mejor trato incluso en las peores mazmorras de Petropavlovsky Schlüsselburg. -¿Es posible, pregunta nuestro secretario por tercera vez, que en la América libre y culta, un preso pueda estar recluido solo durante años, privado de ejercicio y visitas?19 7 198¡Sólo hace un año, cuán lejano parece todo, cuán distante del presente! 197. - En Atlanta, Georgia, donde el autor cumplió dos años por propaganda antimilitarista 198. - Ver Prison Memoirsof anAnarchist de Alexander Berkman, Mother Earth PublishingAssociation, Nueva York, 1913. En castellano, Memorias de un anarquista en prisión. Editorial Melusina 3006. ¿59 Alexander Berkman Largos trenes de artillería transitan a toda velocidad a través de la oscuridad: el ejército revolucionario se encamina a todos los frentes. La canción lastim e ra de los soldados, a veces en ruso, a veces en ucraniano, sobrecoge el corazón con profunda tristeza, mientras nuestro tren se arrastra despacio a lo largo de la estepa del norte de Ucrania. 21 de octubre.- Un día claro y frío. Las prim eras nieves del año sobre la tierra, Moscú presenta una imagen fam iliar, y me siento en casa después de nuestra larga ausencia. Con impaciencia asimilo las noticias en la Comisaría de Asuntos Exteriores. El Duodécimo Ejército se ha retirado precipitadamente de Varsovia, pero los polacos no lo persiguen. Oficialmente, se comprende ahora el serio y costoso error de la campaña, y cuán infundadas eran las expectativas de una revolución en Polonia. Se espera que una paz rápida pueda ser usada como parche sin sacrificios dema siados grandes por parte de Rusia. Mejores son las noticias de otros frentes. Siberia Oriental ha sido limpiada de los últimos vestigios del ejército de Kolchak199 20 0 bajo el atamán Semiónov300. En Crimea, Wrangel ha sido casi completamente aplastado, a lo que ha contribuido sin ninguna duda Makhno. Lejos de ayudar a las fuerzas contrarrevolucionarias, como se había informado, lospovstants¿ se unieron en la lucha contra el general Blanco. Este acon tecimiento ha sido el resultado de un acuerdo político-militar entre bolcheviques 19 9 . - Aleksandr Vasiliyevich Kolchak, nace en 1874 en el seno de una familia de marinos militares, lo que explica que desde joven encamine sus pasos hacia la carrera militar, graduándose como oficial de la marina en 1894. Al mismo tiempo, participará en diversas expediciones polares obteniendo distintos galardones por su labor geográ fica. Tras la Guerra Ruso-Japonesa, en donde logrará hundir un crucero y caerá prisionero, formará parte del Esta do Mayor y se encargará de reconstruir la flota imperial. En 1916 será nombrado vicealmirante y posteriormente comandante de la Flota del Mar negro. Con la Revolución de 1917. se trasladará a San Petersburgo para ponerse al servicio del Gobierno Provisional, recibiendo el encargo de actuar de consejero de la Flota Norteamericana, con lo cual se traslada a Estados Unidos; sin embargo, con la toma del poder por parte de los bolcheviques, se pondrá al servicio de las fuerzas contrarrevolucionarias, siendo nombrado Gobernador Supremo de la zona de Siberia en 1918, convirtiéndose en un verdadero dictador basando su gobierno en la terrible represión de toda disidencia, suprimiendo cualquier atisbo de organización proletaria. Así, se calcula que en Ekaterinburg llegaría a torturar y fusilar a más de veinticinco mil personas. Con mano de hierro, logrará un rápido avance frente a las tropas comu nistas, aunque los reveses de la guerra le llevarán a dimitir en noviembre de 1919 en favor de Denikin, entregando sus tropas al atamán Semiónov. Detenido en enero de 1920, será juzgado y fusilado al mes siguiente. 200. - Grigori Mikhaylovich Semiónov, nace en 1890 en la zona del Transbaikal, iniciando su carrera militar en 1908. Con la Revolución de 1917, será nombrado comisario en la región del Baikal por parte del Gobierno Provisio nal, asumiendo todo el poder con la Revolución de Octubre, encabezando las fuerzas contrarrevolucionarias en la zona con el apoyo de las fuerzas japonesas. Aprincipios de 1919 se autoproclamará como atamán de las fuerzas cosa cas. Con la caída de Kolchak, Semiónov asumirá el mando de sus tropas aunque no pudo ejercer un control efectivo sobre las mismas, teniendo que exiliarse hacia Manchuria hacia 1921 tras la retirada de las fuerzas japonesas. Tras un breve paso por Estados Unidos, regresará a China, en donde recibirá una pensión por parte del gobierno japo nes. Con la Segunda Guerra Mundial, y el avance de las tropas soviéticas sobre Manchuria, será detenido y juzgado, siendo fusilado en agosto de 1946. El mito bolchevique y Makhno, poniendo éste como condición principal la liberación inmediata de los anarquistas y makhnovtsi encarcelados, y la garantía de libertad de expresión y pren sa en Ucrania. El telegrama enviado en aquel momento por Makhno solicitando la presencia de Emma Goldman y la mía en las conferencias no nos llegó. No nos fue remitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Nuestra preocupación por Henry Alsberg se desvanece: en la actualidad, se encuentra a salvo en Riga, habiéndosele permitido abandonar Rusia después de su vuelta forzada desde el sur. Albert Boni20,y Pat Quinlan202 están en la Checa, sin nin guna razón concreta para su detención. La Sra. Harrison, mi antigua vecina en el Kharitonenski, está detenida por ser espía británica. Nuorteva3°3, el representante soviético en Nueva York fue deportado de los Estados Unidosy ahora dirige la Oficina Anglo-Americana en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Rosenberg, el secretario malhumorado y maleducado confidente de Chicherin, omnipotente y cordialmente antipático, está a punto de marcharse al Lejano Oriente para una misión importante, 2 0 1. - Albert Boni, nacido en 1892, estará relacionado con la bohemia de Greenvillage, en New York, convirtiéndose en el editor "oficial” de los escritores de la zona. En 19 14 abrirá una librería en Washington Square, convirtiéndose en un centro de encuentro de la intelectualidad del momento. En 1917, junto a Horace Liveright fundará la edito rial Boni & Liveright, que finalmente quedará en manos de Horace, aunque conservará el nombre hasta 1928. Esta editorial publicará el libro de John Reed, Diez días que estremecieron el mundo y posteriormente, el propio libro de Alexander Berkman, El mito bolchevique. Tras esta experiencia editorial, viajará a Europa para visitar Alemania y Rusia, actuando como corresponsal de prensa. Como ocurriría con otros reporteros, los bolcheviques le acusarán de trabajar como espía, siendo encarcelado y finalmente deportado. De esta experiencia, editado por Alexander Berkman, publicará en 1925 el libro Download 192 Kb. Do'stlaringiz bilan baham: |
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