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[COLECCIÓN A. CASTILLO]


308

MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES 



ACERCA DE LA HISTORIA DE LOS BALNEARIOS DE ANDALUCÍA

309


El prestigio social y económico que han gozado a través de los siglos los balnearios an-

daluces se debe, entre otras cosas, a que sus aguas fueron estudiadas y difundidas por afa-

mados científicos, como Limón Montero, Gómez de Bedoya o Juan de Dios Ayuda. En

el caso de Andalucía destaca sin duda la obra del último citado, de título Examen de las



aguas medicinales de mas nombre, que hay en las Andalucias, minucioso y exhaustivo es-

tudio, publicado en tres tomos, que realizó entre los años 1743 y 1798; muy valioso tam-

bién es el trabajo de Limón Montero, Espejo cristalino de las aguas de España.

Si bien dicho periodo puede parecernos dilatado, hay que tener en cuenta los medios

de transporte que se disponían en esa época para acceder a los diferentes enclaves, todos

ellos visitados por el autor. De los dieciséis balnearios que se describen en su obra se efec-

túa una detallada descripción, se analizan sus aguas, se realizan estudios clínicos para de-

terminar los efectos terapéuticos, etc. Aunque todo lo indicado anteriormente es de gran

importancia, lo que verdaderamente llama la atención en la mencionada obra, teniendo

en cuenta la época en que fue escrita, es la precisión geológica con que se describen los

terrenos situados en el entorno de los manantiales. 

TESTIMONIOS ROMANOS

Los vestigios romanos hallados en el sur de la Península Ibérica no son comparables

con los que se disponen de las zonas más septentrionales, como es el caso de Cataluña,

Extremadura o Galicia. Los restos de termas romanas, lápidas votivas, estatuas o testi-

monios escritos hasta ahora disponibles en Andalucía son más escasos y de menor enti-

dad que los encontrados en las Comunidades Autónomas citadas. Hay que resaltar que,

hasta la fecha, no se ha encontrado ningún vestigio que ponga de manifiesto la existen-

cia en esta zona de «ciudades de aguas» (Aquae).

Entre los romanos existían dos ideas diferentes sobre las propiedades de las aguas me-

dicinales y que en algunos casos coexistían en el mismo establecimiento: la primera atri-

Acerca de la historia de los balnearios 

de Andalucía

Vista de Alhama de Granada con los baños y sus

edificios anejos en primer término, grabado coloreado

publicado en la obra Civitates Orbis Terrarum, a partir

de un dibujo realizado por J. Hoefnagel en 1564.

Juana Baeza Rodríguez-Caro

Juan Antonio López Geta

María del Mar Corral Lledó

INSTITUTO GEOLÓGICO Y MINERO DE ESPAÑA 


310

MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES 

buía un poder terapéutico a estas aguas debido a su composición química; así Plinio, es-

tablece diferentes tipos de aguas: «aqua sulfurata, aluminata, bituminata, ferrata, etc.», cada

una de las cuales era apropiada para un determinado tratamiento. La segunda idea con-

sistía en considerar que las curas eran milagrosas debido a que las divinidades actuaban

a través del agua. En este caso, se efectuaban ofrendas y se dedicaban estatuas y lápidas

votivas a dichas divinidades.

La escasez de vestigios romanos en Andalucía es debido posiblemente a que cuando

los romanos importan el uso del agua medicinal a la zona andaluza, no se acompaña de

los caracteres milagrosos de otras zonas, sino que atribuían las curaciones sólo a los com-

ponentes físico-químicos de las aguas.

No obstante, en España existen testimonios fehacientemente documentados que po-

nen de relieve la importancia que este tipo de instalaciones tuvo en esa época y cuyos ras-

gos más destacables en Andalucía se exponen a continuación.

Almería y Cádiz son las dos provincias andaluzas donde más huellas dejaron los ro-

manos respecto a la utilización de las aguas medicinales, como lo atestiguan los restos ha-

llados en diferentes termas. De éstas, cabe destacar, no tanto la importancia que tuvieron

en su época, sino la relevancia de los vestigios encontrados, como es el caso de los bal-

nearios de Alhama de Almería y Tíjola.

En el primero de ellos, su origen se constata por el descubrimiento en el emplazamiento

del balneario, a unos veinticinco metros de la antigua surgencia termal, de una pequeña es-

Lápida de mármol blanco hallada en las inmediaciones

de Tíjola (Almería) con una inscripción conmemorativa

de la construcción de unas termas en el municipio

romano de Tagili por la dama Voconia Avita, 

siglo 

II

d. C. 



[MUSEO DE ALMERÍA]

ACERCA DE LA HISTORIA DE LOS BALNEARIOS DE ANDALUCÍA

311


cultura femenina acéfala que viste túnica con cinto y manto, que parece datar del siglo 

II

d.C.,



así como de otros restos romanos en su cercanía que ponen de manifiesto el asentamiento

humano que hubo en este lugar y, en consecuencia, la utilización de este balneario.

Respecto al balneario de Tíjola, son numerosos los restos romanos encontrados en las

inmediaciones, entre los que destaca una lápida, en la que se puede ver que una notable

dama regala unas termas a sus convecinos; a pesar de este vestigio, son escasos los testi-

monios escritos de la existencia de este balneario.

En la provincia de Cádiz, el nombre de la ciudad de Bornos se corresponde con un

topónimo muy sugerente relacionado con las aguas termales. De hecho, Menéndez Pidal

lo relacionó con la raíz del teónimo Bormanico –del Dios galo Borvo, divinidad de las aguas

termales–, lo que sería indicativo del carácter termal que tuvo esta ciudad. En la men-

cionada ciudad se encuentra ubicado el manantial conocido como Fuencaliente o fuente

de la Sarna. Próximo a esta surgencia, algunos historiadores ubican un asentamiento ro-

mano por dos esculturas de ninfas encontradas; sin embargo, del posible balneario romano

no se ha hallado ningún tipo de restos.

En Cádiz existen otras surgencias, como la que da lugar a los baños de Gigonza o a la

del cortijo de Casablanca, cuya utilización por parte de los romanos se pone de manifiesto

por los testimonios y restos encontrados. En el primer caso, algunos estudiosos del tema

han relacionado la población romana de Saguntia con la explotación de la fuente termal

de esta población. Aunque las referencias históricas de estos baños son numerosas, sin em-

Mapa de Bornos y su término, manuscrito procedente

de las relaciones geográficas de Tomás López, finales

del siglo 

XVIII

. Con el número 3, junto a la villa de



Bornos, se identifican los «Manantiales de aguas». 

[BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA]

Portada de la obra de Juan de Dios Ayuda Examen de

las aguas medicinales de más nombre, que hay en las

Andalucías…, una de las más notables en cuanto a la

historia de los balnearios andaluces, junto con Espejo



cristalino de las aguas de España de Limón Montero. 

[REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA, MADRID]



312

MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES 

bargo hasta la fecha no se ha descubierto ningún resto que atestigüe fehacientemente la

existencia de un balneario o piscina romana.

En el caso del cortijo de Casablanca, ubicado en las proximidades de Arcos de la Fron-

tera, G. Chic sitúa la antigua ciudad de Lacca, de la que por fuentes medievales se conoce

la existencia de un manantial termal utilizado con fines curativos. Este mismo autor plan-

tea la posibilidad de que el cementerio romano aparecido en la ciudad esté relacionado

con los fallecimientos ocurridos durante los tratamientos crenoterapéuticos. No obstante,

la hipótesis de existencia de unas termas romanas, planteada por Chic, no ha sido avalada,

hasta la fecha, por descubrimientos arqueológicos.

En la provincia de Granada, los balnearios de origen romano más destacados son los

de La Malahá, Zújar y Alicún de las Torres. La utilización de las aguas termales del pri-

mero, actualmente desaparecido, por parte de los romanos se pone de manifiesto por los

sillares encontrados, que se conservan, junto con material fotográfico documental de las

ruinas del antiguo balneario, en el Museo Arqueológico de Granada.

En cuanto al balneario de Zújar, hay que indicar que, a través de la historia, éste ha ido

cambiando de nombre. Así, durante el siglo 

XVII

fue conocido como Benzalema; un siglo



más tarde, y por razones de proximidad a la ciudad de Baza, pasó a ser denominado como

dicha población, aunque ya en esa época también se le conociese con el nombre actual. La

utilización de sus aguas es antiquísima; este hecho queda constatado por Limón Montero

en 1697, cuando habla del balneario de Benzalema: «no es muy antigua porque abra 50 años

que la fabrico [refiriéndose a la fábrica del balneario que había en esa fecha]… pero

quando sacaron los cimientos hallaron edificios antiguos… y algunas monedas no cono-

cidas». Esta cita induce a pensar que puede remontarse a civilizaciones anteriores a los ro-

manos, ya que sin duda las monedas a que se refiere el autor no debían ser romanas, por-

Sección del Mapa Balneario de España de Anastasio

García López, publicado en 1867, en el que se

identifican los principales balnearios existentes en esas

fechas y sus características. 

[BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA]

Capítulo dedicado a los baños de Baza o de Zújar

(Granada) en la obra de Juan de Dios Ayuda Examen de

las aguas medicinales…, 1793. 

[REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA, MADRID]



ACERCA DE LA HISTORIA DE LOS BALNEARIOS DE ANDALUCÍA

313


que éstas eran muy conocidas. Lo que sí pone de manifiesto su existencia en época romana

es el hallazgo de una serie de piscinas y canalizaciones; a esto hay que añadir la referencia

que hace Lampérez y Romea sobre la presencia de los muros del caldarium.

Este balneario de Zújar, que gozó de gran prestigio, dejó de utilizarse por razones des-

conocidas, hasta tal punto que cuando el doctor Ayuda hizo el estudio del mismo (1743) es-

taba en completa ruina, a pesar de que sus aguas eran de excelente calidad y abundante cau-

dal, como se cita en el referido estudio: «…no pude certificarme el número de manantiales,

yo… vi dos… El que parece ser el principal y viene hallarse dentro del claustro… es muy co-

pioso saliendo el agua acía lo alto con tal fuerza… que sin embargo debe haber mas de una

vara desde el pavimento hasta la superficie… De todos resulta tanta agua como el grueso del

cuerpo de un hombre regular…». En cuanto a su composición físico-química, este autor in-

dica que tiene una temperatura constante de 32 ºR y que son «sulfúreas».

Por lo que respecta al balneario de Alicún de las Torres, aún no se han encontrado tes-

timonios próximos, si bien no se entiende que un manantial como el que abastece a este es-

tablecimiento, con una alta termalidad y abundante caudal, pasase desapercibido a los ro-

manos, máxime cuando en las proximidades discurría una calzada romana. Esto está

avalado por las numerosas tégulas aparecidas a cierta distancia, en la parte norte del balne-

ario; F. Díez de Velasco cree que el actual balneario fue edificado encima del antiguo romano.

En la provincia de Málaga sólo hay dos aprovechamientos que cuenten con vestigios

de asentamientos romanos y cuyo fin fuese la utilización del agua con fines terapéuticos:

baños de la Hedionda en Casares y Fuente de Antequera; el primero es también conocido

como baños de Manilva por la proximidad a dicha ciudad.

Son varias las leyendas sobre el origen de la utilización de los baños de la Hedionda,

pero la más extendida atribuye su origen al año 61 a.C., cuando con motivo de librar la

batalla de Munda algunos soldados de las tropas romanas, acampados en la zona e in-

fectados de sarna, encontraron alivio a su padecimiento en dichas aguas. Según otras fuen-

tes, fue el propio Julio César el que curó de una infección herpética y como consecuen-

cia mandó construir los baños. Esta última hipótesis la consideran poco probable algunos

autores, dado que la construcción de estos baños, de los que aún quedan restos, atestiguan

la escasa importancia del edificio, sobre todo si lo comparamos con el gran servicio pres-

tado a un César.

Respecto a la Fuente de Antequera, conocida también como fuente de la Piedra, como

nos relata Limón Montero «…es la experimenta en sus aguas contra la gravísima enfer-

medad de la piedra, la qual expele de nuestro cuerpo… tomó el nombre de fuente de la pie-

dra», es uno de los manantiales andaluces mejor documentado. Fue objeto de estudios o

citas de prestigiosos expertos en el tema, entre los que cabe destacar a Ambrosio de Mo-

rales en Las Antigüedades de España, Lucio Marineo Sículo en De Rebus Hispaniae mo-

morabilibus, Rodrigo Méndez Silva en Población general de España, Francisco Díaz en el Tra-

tado de todas enfermedades de los riñones, vexiga…, y Limón Montero en Espejo cristalino

Antiguas instalaciones y canalizaciones de los baños de

la Hedionda o de Manilva (Málaga). 

[J. MORÓN]



314

MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES 



de las aguas de España. La utilización de sus aguas data de la época de los romanos, dado

que dicha fuente está ubicada en las ruinas de la antigua ciudad de Nefeania, donde se en-

contró una lápida con la siguiente inscripción «

FONTI DIVINO ARAM L, POST H V M VS. EX

VOTO. D.D.D

» («Lucio Pothunio Satulio dedica este ara a la divinidad de la fuente»).

BALNEARIOS ANDALUCES EN LA CULTURA ÁRABE

La cultura árabe fue una gran impulsora de la práctica termal, no sólo por el estudio

de sus aguas por parte de afamados médicos, como Avicena, Avenzoar o Averroes, sino

por la reconstrucción de termas romanas y la construcción de otras nuevas. En esta época

destaca por su importancia socio-económica entre todos los balnearios andaluces, y po-

siblemente de España, el balneario de Alhama de Granada. Para ello basta recordar lo re-

cogido por Limón Montero en su libro Espejo cristalino de las aguas de España, indicando

que estos baños fueron tan frecuentados en la época de la monarquía de los sarracenos,

que les rentaba quinientos mil ducados. Años más tarde, esta misma cita y cifra fue re-

cogida por Juan de Dios Ayuda en su publicación Examen de las aguas medicinales de mas



nombre, que hay en las Andalucias.

Aunque la cifra les parece muy elevada a ambos autores, el primero la justifica con la si-

guiente frase: «…aquellas salutiferas aguas, pues era tan grande la ganancia que daban a su

Las llamadas termas de Martos de los baños de Alhama

de Granada e instalaciones de los baños de Jabalcuz en

Jaén, en sendas tarjetas postales de principios del siglo 

XX

.

[COLECCIÓN J. SÁNCHEZ FERRÉ]



A la derecha, El Bañuelo o baños del Nogal de Granada,

en una litografía de mediados del siglo 

XIX

, muestra de



la importancia que los baños, en sus diversas

acepciones, alcanzaron en la cultura árabe. 

[COLECCIÓN PARTICULAR, GRANADA]


ACERCA DE LA HISTORIA DE LOS BALNEARIOS DE ANDALUCÍA

315


dueño, y es cierto que no servian solo para curar enfermedades, sino tambien los usaban para

delicioso recreo, pues no es creíble que aunque de toda la Provincia, y Reynos de Andalucia

acudieran a ellos todos los enfermos pudieran dar tan abundante renta».

El segundo autor, con el que compartimos opinión, lo atribuye a que indicar tan ele-

vada cantidad es para poner de manifiesto la gran fama y concurrencia que tenían estos

baños, que por otro lado eran los más representativos de esa época, no sólo por sus aguas,

sino por su ubicación geográfica, próxima a la capital del reino de Granada.

La gran mayoría de las termas romanas fueron remodeladas o reedificadas por lo ára-

bes, al tiempo que procedieron a construir otras. Así, en la provincia de Almería el bal-

neario que con más testimonios árabes cuenta es el de Sierra Alhamilla. Esto se pone de

manifiesto por los numerosos restos hallados, que constatan que fue un establecimiento

de gran importancia y muy concurrido en esa época.

Este balneario, como el resto de los balnearios españoles, fue objeto de abandono, si

bien sus aguas siguieron gozando de gran prestigio a través del tiempo. Tanto es así, que

en épocas posteriores, a tenor de la gran concurrencia que había a los mismos, se instó a

don Claudio Sanz, obispo de Almería, para que en 1779 costease a sus expensas la reha-

bilitación de dichos baños, hecho que está recogido en una lápida que aún se conserva.

Granada es la provincia andaluza que cuenta con más testimonios árabes en relación

con la utilización de sus aguas con fines terapéuticos. Entre ellos cabe destacarse los bal-

nearios de Alhama de Granada y Graena. El controvertido origen del primero ha sido mo-

tivo de discusión por parte de diferentes estudiosos, si bien hay una mayoría que man-

tienen que lo construyeron los árabes. Así, mientras Ceán constata que se hallaron restos

romanos, el doctor Ayuda sostiene la teoría de que al no parecerse su construcción a la

de otros árabes de la época, puede que la grandiosidad y elegancia con la que estaban cons-

truidos fuera más propia del modo de edificar de los godos. En cualquier caso, lo que sí

es cierto es que ya existían en la época de la dominación árabe por lo indicado por Pedro

de Medina en 1548 en su Libro de grandezas y cosas memorables de España.

El origen del balneario de Graena es también controvertido, y no existe constancia de

que las aguas de este balneario fuesen utilizadas por los romanos, a no ser por unas lucer-

nas, cerámicas, tégulas y un capitel, así como por una lápida funeraria. Todos estos vestigios

fueron encontrados en las inmediaciones de Graena, pero no en su entorno más inmediato.

Sin embargo, la documentación hallada le atribuye un origen árabe, ya que aparecen ci-

tados en el folio 250 de las Ordenanzas de esta población, firmadas por los Reyes Católicos

el 24 de marzo de 1495. Dichas ordenanzas ponen de manifiesto la existencia de estos ba-

ños en época de la dominación árabe, utilizados tanto con fines higiénicos como curativos.

En otros documentos, consta que desde el tiempo de los árabes hasta mediados del si-

glo 

XVI


estos baños fueron conocidos como de Alhama o Alama. Durante el siglo 

XVII


, ade-

más de los nombres citados, pasaron a llamarse Lapiezus Lapiecus, usándose estas cuatro

denominaciones indistintamente, pasando a adquirir su apelativo actual en el siglo 

XVIII


.

Capiteles tardorromano (siglos 

V

-

VII



) y nazarí (siglo 

XIV


)

procedentes de los baños de Graena (Granada). 

[MUSEO ARQUEOLÓGICO Y ETNOLÓGICO DE GRANADA]


316

MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES 

Grabado de los baños llamados de Ardales o de Carratraca

del opúsculo que le dedicó Juan José García titulado



Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de

las aguas de hardales, su verdadero analysis chymico y

medicinales virtudes, impreso en Málaga en 1759.

[LEGADO TEMBOURY, BIBLIOTECA PROVINCIAL CÁNOVAS DEL CASTILLO, DIPUTACIÓN DE MÁLAGA]

Por su interés, transcribimos la leyenda de identificación

que lo acompaña: 

A. La puebla llamada Carratraca. 

B. La Iglesia. 

C. El baño de los hombres. 

D. El baño de las mujeres con sus forámenes, por

donde se le comunican las aguas de los Minerales. 

E. El nacimiento grande que brota en forma de hervores. 

F: Nacimiento chico, dentro del mismo baño. 

G. Primer derrame de los baños que baja a las huertas.

G. Segundo que va por distinta senda. 

H. Huerta del baño de los hombres. 

Y: Huertas. 

I. La sierra. 

K. El frontispicio de peñas hundidas, bajo del cual están

los nacimientos. 

M.Puerta del baño de mujeres. 


ACERCA DE LA HISTORIA DE LOS BALNEARIOS DE ANDALUCÍA

317


En este balneario había cuatro manantiales: Teja, Tejilla, Templado y Fuerte. Según des-

cribe el doctor Ayuda, mantenían caudales constantes y las temperaturas de los tres pri-

meros variaban entre 28 y 30 ºR, mientras que el manantial del Fuerte tenía una mayor

mineralización y una temperatura de 32 ºR.

El balneario de Jabalcuz es el único de la provincia de Jaén que podría ser de origen

árabe, aunque se duda de ello. Algunos autores le han atribuido un origen romano de-

bido a la inscripción de una lápida, que actualmente se encuentra en la iglesia de san Mi-

guel de Jaén, y que indica que estos baños se edificaron y dedicaron a Cayo Sempronio,

mientras que el doctor Ayuda mantiene la teoría de que dicha lápida procede de un an-

tiguo balneario romano situado en las proximidades de la ciudad de Magdalena (Jaén).

Arriba, balneario del Manzano en Almonaster la Real

(Huelva). 

[COLECCIÓN J. SÁNCHEZ FERRÉ]

Dintel romano con inscripción alusiva a la construcción

de unos baños en Jaén, finales del siglo 

I

-principios del



siglo 

II

d. C. Procede de la iglesia de San Miguel de esta



ciudad. 

[MUSEO DE JAÉN]



318

MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES 

Este autor efectúa un examen comparativo –en el tercer tomo del libro Examen de las aguas

medicinales de mas nombre, que hay en las Andalucias– de este balneario con otros cons-

truidos por los árabes y llega a la conclusión de su gran similitud.

DECADENCIA Y RESURGIMIENTO DE LOS BALNEARIOS ANDALUCES


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