Tesis doctoral


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251

 

No sabemos en que estado llegó el convento dejado por las agustinas, que no debía ser



muy bueno, por cuanto el cambio de las monjas al Palacio de Juan II debió posponer las obras

normales de mantenimiento. La edificación que se pretende acometer de la mano de fray Alonso,

parte de la necesidad de aprovechar las construcciones que existían con las agustinas, por lo que

podríamos aventurar que era más un intento de reforma del edificio medieval, que la

construcción de un nuevo edificio. Conscientes del coste que supone una obra de esta

envergadura los agustinos y fray Alonso tratarán de intervenir solamente en lo imprescindible:

la iglesia cuyo tamaño era muy reducido (21 x 8,6 m), el cuerpo del refectorio y cocina, y

especialmente, las habitaciones de la planta superior, las cuales se distribuirán y harán de nuevo

tratando de mejorar el tamaño, la accesibilidad y la iluminación.

 El viejo convento dispone de un claustro principal, probablemente de pórticos de

ladrillo, en el que se sitúa la portería, así como de otros patios  más pequeños de servicio 

252

,

como se menciona en el escrito de fray Alonso, los cuales se aprovecharán en la nueva obra,



aunque no sean del agrado de los frailes. En el momento del traspaso del edificio, las agustinas

se llevan con ellas todo tipo de imágenes de que disponían,  para el ornato del nuevo convento,

dada la penuria de medios en esos primeros momentos hasta la completación de las obras en las

Casas de Juan II. La sillería del coro, que pudo disponer de 22 bancos, la dejan las monjas en la

iglesia de extramuros, en la que permanecerá hasta la ejecución de la nueva iglesia a finales de

siglo y la construcción de una nueva sillería a cargo del escultor Alonso de Vallejo, momento

en el que la vieja se traslada a la iglesia de San Nicolás de Bari, donde todavía permanecen sus


253

   A. García Hernández Azucena, “ Madrigal de las Altas Torres” en Patrimonio Histórico de Castilla y León, año

V, nº 17, 2004,  p. 7. En fecha reciente se han restaurado los asientos que se conservan de la sillería de Vallejo, así como el resto

de la primitiva sillería gótica de las agustinas cuando habitaban extramuros. Ver esta restauración en “Recuperación de

Patrimonio Mueble: El ejemplo de la Iglesia de San Nicolás de Bari”, en Patrimonio Histórico de Castilla y León, año VI, nº

23, 2005,  p.  4 -9.  

123

sus restos



253

.  El que las monjas no trasladasen la sillería al Palacio de Juan II puede deberse a

que tuvieran en mente el levantar a corto plazo la nueva iglesia intramuros o bien que no cupiese

en la capilla de que podía disponer el Palacio, ya que el ancho del cuerpo central de la sillería

tenía cerca de 6 m.

Con el antiguo convento extramuros las monjas ceden a los agustinos la zona de huerta

anexa al mismo y que estaba cercada mediante una tapia de ladrillo. Sin embargo, quizá por que

en el momento de la cesión las monjas andaban necesitadas de recursos económicos para

terminar las obras de acondicionamiento de las casas reales de Juan II, no les ceden las demás

propiedades colindantes, tal como la finca situada al S.E. separada del convento por el camino

de Peñaranda, lo que obligara a fray Alonso de Madrid y a Sebastián Caso  a plantear una nueva

iglesia con la misma anchura que la existente ( ya que limitaba con el mencionado camino) lo

que provoca una gran desproporción entre su nueva longitud, 175 pies  y este ancho que se

mantiene, de 31 pies.

En el libro de los Provinciales vemos que disponía ya el convento, a poco  más de veinte

años desde su “creación”, de una librería de cierta importancia, quizás con los fondos

proporcionados por el Cardenal Quiroga en 1545. Se ordena que se asienten todos los libros de

la mencionada librería y que se controlen los préstamos, con pena para el prior de pérdida de

posesión de los suyos propios. Como es habitual, también se reglamentan otro aspectos de la vida

conventual: como mantener a los frailes ocupados con los diferentes oficios religiosos; el

respetar las horas de silencio de la vida conventual; sobre la vestimenta prohibiendo los cuellos

en las camisas; como los frailes no deben entrar en las celdas de los demás y sobre las

prescripciones que se han de mantener en los ayunos.

Hasta la traza y obra de Juan de Ribero Rada, de la última década del siglo, este

documento es el que aporta más datos sobre el edificio existente y las reformas que se pretenden

acometer, en función de lo acordado en el capítulo de Arenas y la nueva traza de 1554. También

tiene interés por cuanto refleja la vida cotidiana del convento y algunas de las actitudes y

costumbres de los frailes que tratan de corregir los priores



.

“...Libro en el cual se asientan los mandatos de los provinciales y la traza desta casa de Nuestra

Señora Santa María de Gracia de la villa de Madrigal extramuros, que es de la orden de nuestro

glorioso padre Sancto Augustín, y los cargos de ella, y la memoria de los libros que esta dicha

casa tiene de la librería, y no se a de asentar aquí cosa que se aya de borrar y a destar este libro

en el depósito, y an de dar quenta del el prior y depositarios y darle quando la casa se visitare,

para que se visite lo que aquí está. 

En este libro están las rentas de dinero y trigo y heredades que tiene este convento. Iten aquí

están las profesiones de los novicios. (Letra posterior)

Lo que yo fray Alonso de Madrid, provincial en esta provincia de España, de la observancia de

la orden de Nuestro Padre S. Augustín, hallo que devo mandar en este monasterio de Madrigal

después de lo aver visitado es lo siguiente: 

124

Primeramente mando que bien de mañana se fagan los signos que se acostumbran a facer a

prima, y que todos los religiosos que estuvieren desocupados se junten en el choro y rezen las

horas con pausa moderada y que estando dos que puedan oficiar la missa y uno que la diga, la

canten cada día y ansí mesmo aviendo quatro desocupados que puedan cantar las bisperas, las

canten cada día y después digan las completas rezadas y a su hora la antiphona cantada a todos

los que pudieren yr y después digan los maytines. 

Y ansí mesmo mando que fagan a silencia que los tiempos que la constitución manda, ansí en

verano como en ynvierno, y que el perlado tenga cuydado de lo hazer guardar, al qual mando

que ordinariamente haga capítulo no estando los frayles en la limosna del agosto o vendimia.

Iten mando al padre prior que visite las camissas y que las que hallare con collar chico o

grande, las corte y no permita que  más se hagan, ny que entren en las celdas unos de otros y al

que lo contrahiziere se les de la puia que está mandada, y que tenga cuydado que no se haga

cosa alguna en contrario de lo que se manda, ansí en las cartas o mandatos del capítulo próximo

pasado en la villa de Arenas.

Ansí mesmo mando que se guarde el Aviento desde todos Santos hasta Navidad, ayunando con

manjares de quaresma, aviendo disposición para ello y si no la oviere para todo este tiempo,

mando que se guarde ayunando con carne hasta la primera dominica del Aviento y desde allí

hasta Navidad con manjares quaresmales y que en ayunos de la yglesia y de la orden no dispense

el prior en común, si no con alguno que tuviere necesidad y que no se de en collación demasiada

cantidad que parezca quebrarse el anymo, y si en el tiempo de los caniculares se diere algo con

el pan, sea en poca cantidad, ansí en lo uno como en lo otro y  mando que en lo sobredicho no

se dispense con religioso alguno si el medico en su consciencia no dicere que cumple dispensar

con el tal por que tiene probabilidad que no lo haziendo vendrá en peligro de muerte o de

notable enfermedad. Lo qual mando al padre prior guarde sopena de una disciplina y de

suspensión de officio.

Yten mando que en la portería del claustro se ponga una ymagen o se pinte la salutación de

Nuestra Señora y en los demás claustros se pongan algunas ynsignias por que parezca

monasterio y casa de devoción, en los testeros y fronteras de cada uno de los ángulos.

Yten mando al perlado de este dicho monasterio que por evitar gastos que se hazen en yr frayles

a donde yo estuviere, no de a alguno licencia sin que primero me lo escrivan y hagan saber para

que yo provea lo que conviene.

Ansí mesmo mando que en la [vuelta...] de este libro se asienten todos los libros de la librería

que esta casa tiene en común y que en cada uno de ellos, en la primera hoja se asiente como

pertenencia a este convento y mando en virtud de santa obediencia que nyngún  nuestro ynferior

de, ny empreste algún libro fuera de casa ny le saque fuera del dicho quarto, y mando que el

padre prior firme el dicho ynventario y tenga atenta con los sobredichos libros y la de quando

fuere de casa al que quedare por mayor [... de singulis], sopena que si lo contrahiziere se le

tomarán los libros que tiene [...] o le darán otra penitencia

Ansí mesmo mando al padre prior de esta casa que dentro de un mes asiente en este libro los

cargos que esta casa tiene y los que adelante tuviera y la dotación que para ello se dejó, dejando

una hoja en blanco a cada uno de los cargos para que se asienten las ventas o trueques que se

hizieren de la tal dotación perpetuamente y los dichos cargos se asiente en una tabla

distintamente y mando en virtud de santa obediencia que no quiten los dichos cargos ni alguno

de ellos ny los deje de cumplir sin especial licencia del padre provincial en escriptos ni borre ny

quite hoja alguna de lo que está escripto en el título de este libro, y ansí mesmo mando que se

ponga en este libro el día y año que se hizieron las escripturas y ante quien se otorgaron por que

si se perdieren tengan memoria ante quien pasaron y se halle en su registro, porque por falta de

254

   A. H. N. Clero regular, legajo 586, s.f.

125

no poner esta memoria y hazer lo sobredicho [...] de que no sabiendo los porvenir las dichas

dotaciones dejan de cumplir los dichos cargos o demandan dispensación de no los cumplir. 

Yten mando que el perlado que de esta casa es o fuere y a los depositarios della, que de los

cinquenta y un mill maravedís que esta [casa...] censo del señor licençiado Mercado, no se

gasten en cosa alguna sino fuere en la obra del dicho convento conforme a la traça que está

dada la qual ninguno nin de en cosa principal y esencial como está mandado en el capítulo

provincial próximo pasado, sin especial licençia del provincial en escripto y paresçer de algunos

religiosos y ofiçial que sepa de traça que es la que en este libro está ynfraescripta en bajo destos

mios mandamientos, lo qual mando se cumpla en virtud de santa obediencia y de tres disciplinas

y privación de oficio. Fecho en el dicho convento, a treze días del mes de noviembre de 1554,

año de nuestro señor. Fray Alonso de Madrid.”

 

254

.


255

   Estas trazas pudieron elaborarse en el año de 1543, a tenor de las fechas de los Capítulos provinciales que se

celebran en el convento de Arenas de San Pedro.

256


   Hay dos posibles interpretaciones de la situación del edificio primitivo (y la remodelación del mismo por fray

Alonso) en relación al convento que posteriormente se construye a finales del siglo XVI y principios del XVII, con el patronazgo

del cardenal Quiroga. La primera es que el convento primitivo y su claustro se situase sobre el cuadrado NO del doble cuadrado

de la planta final, con lo que la primera iglesia se situaría sobre la crujía central de la escalera de lo que luego fue el convento

posterior, ampliándose éste adosado al primero. En la segunda posibilidad, que es la que se desarrolla en los esquemas, el antiguo

convento se ubicaría con su claustro e iglesia coincidentes con los del nuevo convento.

126

1.2.2

Fray Alonso de Madrid y la primera traza conventual. 

Las obras que se pretenden llevar a cabo en el convento, no solo coinciden con la primera

etapa como sede de agustinos, sino que parten de unas prescripciones generales para todos los

conventos de la provincia, cuya trazas elabora directamente fray Alonso de Madrid, con el

asesoramiento del maestro de obras Sebastián Caso en el caso concreto del edificio de

Madrigal


255

 , cuenta con el visto bueno del prior Baltasar de Úbeda. La reforma que se propone

del desconocido edificio primitivo, contempla el aprovechamiento de gran parte de lo existente,

aun conservando “algunas faltas que si se oviera de hedificar de nuevo no lo permitiera”. Estas

obras empezarían por la iglesia, obras de ampliación por lo reducido de su tamaño y continuarían

en el resto de las dependencias, que curiosamente será el plan de obra que se lleve a cabo

cuarenta años después. Se dan las instrucciones para que estas trazas no sean modificadas y se

vayan cumpliendo a tenor de los medios económicos disponibles.

La disposición general del convento existente nos es desconocida si bien, como ya se ha

comentado, de la lectura de este documento se puede deducir su disposición principal: un edificio

a dos alturas en torno a un patio principal de arquería y otros pequeños patios secundarios en la

zona de la huerta, articulados en torno a las dependencias agropecuarias, cuadras, establos etc.

256

La traza de fray Alonso regulariza esta disposición completando las alas y disponiendo

todo el segundo cuerpo para las celdas, que se remodelan en su totalidad. La iglesia pasa a ser

un volumen más importante, ocupando toda una de las alas, en la orientación NE, que es una de

las que iban a sufrir mayor alteración volumétrica. Podemos ver pues que la nueva traza que da

fray Alonso, junto al maestro Sebastián Caso, obedece principalmente al redimensionamiento

de las piezas existentes de acuerdo tanto a los nuevos criterios de la reforma, como a las propias

necesidades de los frailes, así como también a la completación del conjunto conventual,  al que

probablemente le faltaran por edificar algunas de sus partes ya desde los tiempos en que lo

habitaron las monjas. 

La disposición del claustro no queda suficientemente explicada. Debía de componerse

de una sencilla arquería de ladrillo, con algunas de las dependencias que estarían alineadas a la

fachada interior del patio, faltando quizá la continuidad del deambulatorio en la parte de la

iglesia  y que se quiso completar con unos antepechos adelantados y arquería superior de ladrillo

en el resto,  convirtiéndose en una pieza de difícil remodelación. De hecho ésta no se hizo hasta

la que se acomete en1630, con Domingo de Iriarte y Francisco de la Hoya.  

  

La iglesia existente debía de ser una capilla de pequeño tamaño, pues se describen



someramente sus medidas principales, que eran de 75 pies de largo (20,90 m) por 31 pies de

ancho (8,64 m), desde el coro, situado a los pies de la nave, hasta el altar mayor. La orientación



257

   En el supuesto de esta segunda interpretación que se ha descrito en la nota a pie de página anterior.

258

   Cuyos escasos restos se almacenaban en la iglesia de San Nicolás de Bari de Madrigal.  La decoración conservada



es a base de atauriques, medallones lobulados y motivos vegetales. 

259


   La fecha que da A. García sobre el traslado de parte de la techumbre mudéjar del convento a la iglesia de San

Nicolás, en 1540, habría que retrasarla al año 1595 o 1596, en que comienza la obra promovida por Quiroga.

127

era la contraria a la que luego trazó y construyó Juan del Ribero, ocupando la iglesia, al igual que



ahora, la esquina NE del convento 

257

, con la sacristía en la orientación N y el coro en la S. Esta

iglesia, de época medieval, sería quizá de cruz latina y  una sola nave, con crucero y cabecera

(plana ?) encajados en las diversas dependencias conventuales como la sacristía y el claustro. La

 “nave pequeña”, que se menciona en el sentido de que se puede eliminar al hacer la ampliación

propuesta, podría ser un atrio lateral, quizá orientado al SE.

La nave de la iglesia estaba cubierta de alfarje mudéjar 

258

 con armaduras de madera y

tejado a dos aguas. La anchura de la nave, de algo  más de ocho metros, hace suponer que pudo

tratarse de una estructura de par y nudillo con el apoyo atirantado. La datación aproximada de

esta techumbre, a finales del siglo XIV, permite pensar que la antigua iglesia de las monjas se

construyese por estas fechas. Esta alfarjía y armadura de la nave pensamos que se mantuvo hasta

1595

259

  en que Juan del Ribero comienza la obra de la iglesia clasicista, ya que no consta que

se acometiesen todas las obras prevista por fray Alonso, sino solamente algunas más urgentes

que la iglesia. En todo caso, en la traza de la ampliación propuesta por el Provincial,  no hubiese

sido necesario desmontarla,  por cuanto mantenía la misma anchura de la nave (por falta de

terreno por este lateral) y se recrecía solamente en el sentido longitudinal.

La ampliación de la iglesia propuesta por fray Alonso parte pues de mantener en

principio la anchura existente y alargar la nave hasta los 100 pies (27,86 m), incluyendo la crujía

de la antigua sacristía y a partir de ahí situar el crucero y la cabecera, que deberían sobresalir del

plano de la fachada N. Este nuevo crucero se dimensiona en 55 pies (15, 32 m) y la cabecera

entre 18 y 20 pies ( 5,00 y 5,57 m) por lo que las dimensiones totales de la iglesia, según la traza,

serían aproximadamente de 8,60 m por 48,80 m lo que indica una clara desproporción, motivada

por la dificultad de crecer lateralmente debido a la existencia del claustro al NO y el camino al

SE. Las nuevas piezas de crucero y cabecera tendrán el ancho de toda la nave y para la

ampliación habrá que remeter el cierre actual de la cabecera, hasta la alineación con el claustro,

así como se aprovecha el muro de cierre de la iglesia para levantar el perpiaño del crucero. 

La traza que tendrá el ala de la parte N E, que mira hacia Madrigal, será un rectángulo

de 22 pies (6,12 m)  por 150 pies (40, 67 m), englobando el claustro actual y que va desde la

bodega que existe en la orientación N O hasta atestar con la nueva iglesia prevista, descontando

los 3,30 m que se reservan para la longitud sobresaliente del crucero. La planta baja de este

cuerpo se aprovecha para antesacristía de 24 pies (6,68 m), sacristía de 45 pies (12,53 m),  ya que

la actual de derribaría para ampliar el templo,  y capilla colindante con la zona de bodega. La

pieza de antesacristía dispone de una puerta que sirve de acceso y comunicación entre la

cabecera y la sacristía, así como una escalera para conectarla con la planta alta del claustro,

sirviendo pues como pieza de vestíbulo para toda esta ala.

En el ala o cuarto N O, comunicado a su vez con la zona de la huerta, se disponen la

bodega mencionada, el lagar y el capítulo o sala capitular. En las disposiciones dadas por fray


260

   A. H. N. Sección Clero, legajo 589. Se conserva solamente este fragmento de una planta del convento, que pienso

puede ser de mitad del siglo XVI, y es quizá parte de la traza relativa a la obra de fray Alonso de Madrid. Su localización es

dudosa, pudiendo representar la esquina SE de la Iglesia primitiva.

128

Alonso se consolida el uso de estas piezas, que al parecer ya tenían las funciones descritas y la



obra se reduce a la apertura de algunas puertas, como la principal que se hará para la sala

capitular y la clausura de otras, como la de la bodega que da hacia el claustro. En el ala S O se

dispone el refectorio existente con su púlpito y donde se prevé, por una parte, su división para

introducir un anterefectorio y por otra la ubicación de una cocina con su servicio, en el cuerpo

adelantado de este cuarto, alargando el refectorio hasta la pared de la iglesia, pero dejando el

altar correspondiente de la estación del claustro. La obra prevista en esta parte está a caballo

entre la reforma y la nueva planta. En esta ala se dispondrá la refitolería, sobre el porche

existente detrás del refectorio, sin que su cubierta llegue a tapar las ventanas de las celdas

superiores.

19. Fragmento de una traza del convento de Madrigal  

260


261

   Que se ha supuesto situada sobre la que se construyó posteriormente en el siglo XVII.

129

La planta alta se desarrolla en tres cuerpos, de forma convencional y estaba destinada a



celdas, con una media de 5 - 6 celdas por fachada y pasillo o corredor de 6 pies de ancho (1,70

m). En la crujía del refectorio por ser  más ancha (32 pies) se deja mayor pasillo, quizá también

por la propia situación de la escalera, que podría estar situada en este ala, en disposición similar

a la actual. Las piezas de las intersecciones que quedan delimitadas por los corredores, servirán

para librerías. Estos corredores se prolongan hasta las fachadas al objeto de dar luces y vistas,

con ventanas de asiento. En esta  planta alta se sitúan aproximadamente unas 20 celdas,

ocupando tres de las crujías. No sabemos si en la orientación de la iglesia existía “callejón” o

pasillo que completase la circulación perimetral en torno al claustro.

La escalera, de planta cuadrada de 20 pies (5,57 m), se pensaba rehacer de nueva planta

embebida entre cuatro muros, al parecer en un emplazamiento cercano, si no el mismo en donde

se acabó construyendo a principios del siglo XVII. Por la parte del claustro principal queda

recogida por el arco bajo, dando al claustrillo por la parte posterior, donde probablemente se

ubicaría la portería y la hospedería, que en ese momento servía para albergar frailes y seglares.

Dispone también fray Alonso una arquería adelantada ante la portería 



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