Revista Escuadra y Compás Publicación del Grupo de Estudios Masónicos Arcoiris

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Desde el recuerdo 
 
Juan de la Cruz Monje Pinedo: 
LA IGUALDAD
 
En este trabajo trataré de analizar un problema de gran complejidad, el mismo que 
desde siglos atrás ha sido motivo de toda clase de estudios y discusión enfocado 
desde diferentes ángulos o puntos de vista, así como por ejemplo en el campo de la 
política, su influencia social y mas aun ha sido debidamente considerado y analizado 
en el campo militar en sus diversas manifestaciones e interpretaciones. 
Ahora comenzaremos transcribiendo el significado de la acepción igualdad, del 
diccionario masónico: 
“Es una de las tres palabras que forman el lema masónico. Se dice de la conformidad 
absoluta, de la ausencia completa de todo privilegio, de toda distinción de castas y 
clases entre los hombres, colocando a todos los ciudadanos en una misma categoría, 
bajo el concepto de los derechos y de los bienes. El sentido de esta palabra solo se 
encuentra determinado en las ciencias exactas en las que expresa la relación que 
existe entre dos cantidades de las que una no excede de la otra, pero en las ciencias 
morales o políticas aunque se emplea con frecuencia esta palabra no ha sido 
rigurosamente definida, ni la antigüedad nos ofrece nada que sea aplicable al 
presente, ni los legisladores de nuestro siglo han podido encontrar aun la formula para 
establecer una igualdad tan necesaria, como de difícil sino imposible realización 
según opinan muchos hombres eminentes”. 
La francmasonería reconoce que todos los hombres han nacido iguales y por tanto 
cree que no debe existir ninguna diferencia entre el que manda y el que obedece, 
entre el que produce y el que consume, entre el que paga y el que cobra; uno y otro 
formados por el mismo principio creador, compuestos de una misma materia, sujeto 
a las mismas afecciones físicas y a las mismas causas de destrucción, se parecen, 
según la expresión de un distinguido escritor, a dos viajeros que parten del mismo 
punto para llegar al mismo objeto, aunque por distintos caminos, respetando la 
posición, así como respeta las creencias de todos los hombres; prescindiendo de su 
raza y nacionalidad, a todos cobija bajo el mismo manto de la mas dulce igualdad; a 
todos los confunde bajo el cariñoso titulo de hermanos. 
El mérito, el talento, la sabiduría, la virtud y el trabajo, son las únicas distinciones que 
admite voluntariamente sin querer trastornar el equilibrio social, ni igualar las fortunas, 
ni despojar a los unos en beneficio de los otros, pero preocupándose por el bienestar 
de todos, reconoce que el hombre no puede ser venturoso si no tiene la seguridad de 

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encontrar en su trabajo el pan cotidiano para el y su familia, y si no se le pone en 
plena posesión de todos los derechos que son inherentes a su persona. 
Pues bien, esta palabra "igualdad" parte de la trilogía y basamento de la 
francmasonería, ha sido siempre ensalzada y enlodada en su fiel concepto y 
significado, hace su aparición mas impactante en la revolución francesa, en la cual un 
pueblo cansado de la tiranía y diferencias sociales trata de imponer el significado de 
las palabras "igualdad, libertad y fraternidad". 
Es así como, en la lucha armada por la conquista de sus ideales, justos para ellos; el 
triunfo es del pueblo, el mismo que de esta manera alcanza su deseada "libertad" o 
emancipación a costa si de la sangre de sus hermanos ya sean estos justos o 
pecadores; la "fraternidad" la halla en las diferentes manifestaciones de la enardecida 
lucha, lucha de titanes, es decir prestando la ayuda a los heridos sin distinción alguna, 
dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento y colaborando de acuerdo 
a sus posibilidades al desvalido. pero la "igualdad", jamás la alcanza, puesto que la 
aristocracia desplazada, vencida y humillada, es reemplazada por una nueva casta 
opresora, aunque la misma sea extraída de ese pueblo victorioso que debía escoger 
a los hombres mas capacitados para la conducción de la nueva república, los que les 
ofrecían la igualdad de derechos, pero no así la igualdad de oportunidades para el 
desempeño, desarrollo y logros de la revolución. 
Este tipo de igualdad que en el mundo profano tanto se preconiza, es de simple origen 
político o acomodaticio a sus necesidades materiales, sociales o de explotación del 
momento propicio dado por las circunstancias reinantes. 
Es por esta razón, es que en el desarrollo de la vida normal o profana, habrán muy 
pocas oportunidades de llegar a una igualdad ideal, ya que el hombre es un ser que 
por su propia naturaleza, gusta de la competencia y por lo tanto existen diferencias, 
ya que entre el uno y el otro varían los recursos físicos y también los intelectuales. 
Los mejor dotados siempre estarán por encima de los menos dotados, y estos últimos 
siempre serán relegados. Es por esto que, en el mundo profano, la justicia es mucho 
mas importante que la tan decantada y nunca aplicada igualdad. 
En la masonería, los conceptos antes mencionados sufren un cambio radical, ya que 
la igualdad no se ajusta a interpretaciones físicas, políticas, dogmáticas ni 
especulativas. 
La igualdad, en masonería comienza con el rito de la iniciación del profano, puesto 
que en esta inolvidable ceremonia del simbolismo, el iniciado nace a una nueva vida 
y esta le da automáticamente la igualdad con todos sus HH:. masones; puesto que, 
el hombre, en general puede considerar que solamente en el momento de su 

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nacimiento profano es igual a sus semejantes; se halla igualmente arrojado a un 
ambiente desconocido, esta totalmente desnudo y desvalido; nos hace ver la luz, con 
una concepción totalmente nueva de lo que ello significa para el neófito, nos hace 
entender secretos desconocidos por la humanidad y la misma naturaleza, secretos 
que jamás antes fueron tales, pero que tampoco se nos había ocurrido analizarlos y 
es por esto que sin estar vedados, nos eran desconocidos . 
Masonería, nos da la igualdad interior, nos impulsa y nos dota de la fuerza necesaria 
para sentirnos iguales, nos da la imprescindible serenidad que necesita todo ser 
humano para la correcta utilización de la igualdad, para volcarla en forma positiva 
hacia nuestros semejantes, cultivando la pureza de nuestros sentimientos y obras, 
nos proporciona el amor que prodigamos a nuestros semejantes, nos da la entereza 
necesaria para sentirnos iguales de un todo, jamás agachemos nuestra cerviz ante 
los hombres, tratándolos a todos por igual, sin orgullo y sin servilismo, sin prepotencia 
y sin temor, es decir como HH:. por ultimo, nos da la pauta para que la igualdad que 
se nos entrega en el rito de la iniciación masónica, sea para bien de cada uno de 
nosotros y para el bien de la humanidad toda, puesto que creo que esta es la única y 
mejor de las formas de llegar a una igualdad ideal, que va de acuerdo a nuestra 
antiguas practicas que nos legaron nuestros antecesores y que las luces que 
irradiaron, perduraran por los siglos para L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:. 
"La igualdad es una ley divina, una ley anterior a todas las leyes, y de las que todas 
deben derivarse 
“