Tesis doctoral
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- 1.7.5 El convento en el catastro del Marques de la Ensenada.
- 1.7.6 El pleito de Joaquín Quiroga Melgarejo, patrono del convento.
- 1.7.6..1. Preámbulo de la causa
- 36. Árbol genealógico del Marqués de Melgarejo, patrono del convento 746
736 .
737 La transcripción íntegra del texto, referente al convento de agustinos de Madrigal, se puede consultar en los apéndices de este trabajo. El Marqués de la Ensenada (Z. de Somodevilla) fue partidario de las reformas ilustradas y reorganizador de la armada, con una política en favor del comercio, la industria y la modernización administrativa. Fue apartado del Gobierno por el monarca Fernando VI, debido a su acercamiento a las posturas francesas frente a las británicas, colaborando posteriormente con Carlos III. En este Catastro de Ensenada se refleja como la agricultura es la ocupación principal dentro de la economía castellana, con un 58 % de la producción procedente de este sector. 738
A. H. P. A., Catastro del Marqués de la Ensenada, Tomo I Propiedades Eclesiásticas, H-483, pp. 593 y 594. 739
Ibídem, p. 596. 368
1.7.5 El convento en el catastro del Marques de la Ensenada. En el Catastro del Marqués de la Ensenada 737 se describen pormenorizadamente los bienes y tierras que posee el convento en la fecha en que se elabora el catastro. Sirve como registro, tanto de los frailes y personas que habitan el convento, como de todas las posesiones que en este momento poseen los agustinos calzados. En general, vemos que el convento de San Agustín de Madrigal goza de una de una aceptable situación económica, poseyendo un buen número de tierras arrendadas, huerta, ganado y dependencias agrícolas. En este catastro no se recogen las rentas ajenas a las actividades agropecuarias. Como ya hemos comentado anteriormente, en este momento en el convento profesan 42 religiosos, siendo el padre prior Fray Sabino Fernández. El resto de los frailes y sus edades son: el padre maestro fray Manuel de Santa Cruz, de sesenta; el padre maestro fray Alonso Vitorero, de cuarenta años; fray Gregorio Álvarez, de setenta; fray Bernardo Hurtado, de treinta y seis; fray Esteban Mariño, de treinta; fray Juan Pedraza, de cincuenta; fray Antonio Guijarro, de cuarenta; fray Sebastián Sánchez, de cuarenta; fray Antonio Mediavilla, de cuarenta; fray Tomas Pérez, de cuarenta; fray Pedro Rico, de cuarenta y uno; fray José Muñoz, de cuarenta; fray Gregorio Notario, de treinta y seis; fray Agustín Huerta, de treinta y dos; fray Juan Mateos, de la misma edad; fray Manuel Jiménez, de veintiocho; fray Baltasar Díaz, de veintisiete; fray Francisco Matheos, de veintiséis; fray Antonio Palacio, de veinticinco; fray Pedro Carpizo, de veintiséis; fray Luis Hidalgo, de veinticuatro; fray Juan de Dios de Heras, de dieciocho años; fray Manuel Rojas, de veinte; fray Tomas Nieto, de diecinueve; fray Miguel Madero, de veinte años; fray Pedro Díaz, de dieciocho; fray José Rodríguez, de diecinueve; fray Isidoro Hurtado, de diecisiete; fray Miguel Galicano, de veinte; fray Manuel de Cerralbo, de dieciocho; fray Manuel Gil, de veinte; fray Lorenzo Rozillo, de dieciocho; fray Agustín Alonso, de diecinueve; fray Gregorio González, de veinte; fray Cipriano Corrales, de diecinueve; fray Isidoro Minguez, de veinte años; fray Pedro Cruz, de la misma edad; fray Hipólito Cuéllar, de dieciocho; fray José Sigena, de diecinueve; fray Bernardo de San Guillermo, de cincuenta y tres; y fray Manuel Calbo, de edad de treinta años
. En conjunto es una comunidad joven, con una media de edad de 29 años.
Disponen así mismo de doce criados, tres para la labranza que lleva directamente el convento: Isidoro Jiménez, de treinta años de edad; Silvestre Martín de treinta; y Manuel Ramón de veinticinco. El maestro de cocina es Matías Linares, de treinta y cuatro, que dispone de un ayudante, Gervasio Lozano, de veinte. Trabaja de pastor Ignacio del Bosque, de treinta y dos, con un zagal que le ayuda Bernardo Vaca, de veinte años. El criado de la sacristía es Alonso Dávila, de veinte, con un ayudante de misas, Juan González, de quince. También trabajan en el convento Ramón Zurdo, cartero de quince años de edad, Antonio Díaz Morales, criado de enfermería de catorce y Antonio Astorga, criado de portería, de treinta y cinco años
. Lo que
hace un total de 54 personas, habitantes del convento en ese momento. 740 Ibídem, p. 598. 741 Ibídem, p. 656. 742 Ibídem, p. 658. 743 Ibídem, p. 657 vº. 369 Disponen los agustinos de unas casas paneras, situadas en la calle del Obispo, de unos 390 m 2
Sanguino dentro de la villa, donde se siembre cebada. Una casa lagar adosada a la cara interior de la muralla, en la calle Carramedina, así como una bodega, también intramuros, con tres bóvedas enterradas donde se almacenan 12 grandes cubas, pues como se ha comentado, los frailes vendían parte de su producción 740 . En cuanto a las tierras propiedad del convento, quedan reflejadas las siguientes: Un prado cercano al convento, que linda con el de las agustinas, que se empleaba para el pasto del ganado lanar; 86 fincas de secano en diversos lugares y términos, con un total aproximado de 202 ha y otras 27 fincas que tienen arrendadas a diferentes agricultores o colonos, con un total de 48,5 ha, lo que supone un total de 113 fincas o tierras de secano, unas 250 ha comprobando que se ha incrementado este número respecto del apeo de finales del siglo anterior. Poseen los agustinos tres viñas: una en al camino de Palazuelo de 17.600 cepas, de las cuales producen 17.000; otra en el camino de Horcajo, de 13.200 cepas; y otra, llamada la Puerta, en el camino de Blasconuño a Moraleja, de 8.400 cepas 741 . Disponen también los agustinos de dos eras para la trilla del grano, una en el camino de Palazuelos y la otra en el sendero de las Puertas del Porquero, lindando ambas con la villa de Madrigal, de poco más de media hectárea de superficie entre ambas.
para la labranza, así como de un burro. Un rebaño de trescientas ovejas, que sirven para el consumo de la comunidad, que pastan en el monte del término de Madrigal, “... que son de ganado negro pues de otra especie no ay en esta villa....” 742 . Se recoge en este documento que el convento percibe anualmente 6 reales y 6 maravedís, de los réditos de un censo que paga Agustín Ortega, vecino de Madrigal, por la casa en la que vive
743 . Se describen, por último, las cargas u obligaciones que tiene contraída la comunidad de los agustinos, que son las siguientes: .- El convento debe celebrar cada año 32 misas cantadas, con asistencia de todos los religiosos y 260 misas rezadas, por las almas de Quiroga y sus padres. .- Por las funciones litúrgicas que tiene que celebrar el convento se consumen cada año 12 arrobas de cera, cuyo importe es de 3.000 reales. .- Para las luminarias del Santísimo Sacramento y el coro, se consumen cada año 15 arrobas de aceite, con un costo de 375 reales.
744 Ibídem, p. 661. 370 .- El coste de las hostias que se consumen anualmente en el convento para estas celebraciones litúrgicas, asciende a la cantidad de sesenta y cuatro reales, cincuenta en moneda y los catorce restantes en el valor de una fanega de trigo. .- Al médico que atiende a la comunidad de religiosos se le pagan anualmente 500 reales, y al cirujano 230 reales más. .- Al hortelano, que trabaja en la huerta anexa al convento, se le pagan 340 reales. .- A la persona que lava la ropa de la sacristía se le pagan cada año 300 reales. .- Al maestro de cocina Matías Linares, además de la ración diaria, se le paga al año 72 reales. La misma cantidad se paga al ayudante de cocina y equivalente ración. .- A los ayudantes de sacristía, enfermería, refectorio, cartería y portería se les paga en total 432 reales, aparte de la comida. .- Paga el convento por el impuesto de millones, en su pertenencia a la villa de Madrigal, la cantidad anual de 550 reales 744 . Se formula en una nota final que el convento tiene otras diferentes cargas, que no se expresan en esta relación por pertenecer a otros términos. 745 La práctica totalidad de los datos se han extraído de la Real Chancillería de Valladolid. A. CH. V., Fondo Sección Pleitos Civiles, Alonso Rodríguez (olvidados) Caja 0950.0001. Este largo pleito se compone de siete piezas, cinco de ellas de pruebas y documentos y las dos últimas con las diligencias y trámites desde la Chancillería. El resumen pormenorizado de este pleito se incorpora en los apéndices de este trabajo. También pueden verse algunos datos en el Archivo de la Provincia Agustina de Castilla (A. P. A. C.), hojas cosidas al “Libro de Protocolos de los papeles que se contienen en este archivo del convento de N. P. S. Agustín de la villa de Madrigal”. 371
1.7.6 El pleito de Joaquín Quiroga Melgarejo, patrono del convento. Entre los años de 1782 y 1802 se establece un pleito 745 entre el convento de San Agustín de la villa de Madrigal de la Altas Torres y Joaquín de Quiroga Melgarejo, patrono del convento, al reclamar este a los frailes las cuentas sobre las rentas de 141 años de los efectos de las memorias fundadas por el cardenal D. Gaspar de Quiroga. El patronato se fundo en 1590, en vida del Cardenal, estableciéndose, como hemos visto, una serie de rentas y cargas que se ampliaron en los otros dos tratados. En esta fundación se establecía que el Patrono, que recibe anualmente 1.200 ducados de renta, tiene la obligación de comprobar el cumplimiento de estas cargas del convento, por lo cual Joaquín Melgarejo en el año de 1781, requiere las cuentas que los agustinos llevan de las mismas, si bien los patronos anteriores, desde 1641, no se habían molestado en realizar esta tarea. Como veremos, detrás de este interés en supervisar dichas cuentas, disfrazado de virtuoso celo, está el de sacar el mayor beneficio posible, argumentando que el importe de las obras pías que no se hubiesen efectuado por los agustinos durante este periodo de tiempo, debería de pasar al Patrono. Están en juego varios millones de reales. La larga duración de este proceso, de algo más de 20 años, nos ha servido para conocer muchos de los aspectos económicos y administrativos del convento, especialmente de todas las rentas, dotaciones y cargas establecidas en su día por el cardenal y arzobispo de Toledo D. Gaspar de Quiroga y sus testamentarios, por una parte y el convento de agustinos de Madrigal por otra. Hemos podido entender el carácter y contenido detallado de estas tres fundaciones o tratados, así como su cumplimiento en estos 141 años, desde 1641, fecha en que se rinden cuentas al patrono por última vez, hasta 1782 en que se inicia el pleito. Durante el tiempo que dura este pleito suceden importantes cambios sociopolíticos derivados principalmente de la Revolución Francesa. En el reinado de Carlos IV, a caballo entre el fin del antiguo régimen y la reacción europea a los excesos del Directorio, se toman algunas medidas reformistas sobre desamortización de propiedades eclesiásticas (para aplicarlas al pago de la deuda pública) que subyacen en el fondo de tan dilatada causa. 1.7.6..1. Preámbulo de la causa: D. Joaquín de Quiroga Melgarejo Roxas Contreras y Olivares, Marqués de Melgarejo, caballero de la Orden de Calatrava y Mayordomo de S.M., vecino de Madrid, “dueño de los lugares de Cos, La Condobina y sus agregados”, llega a ser patrono del convento por vía sucesoria a través de Agustina de Quiroga, hermana del arzobispo. Esta hermana, que al parecer fue la tercera, se casó en Olmedo con D. Alonso de Guzmán y tuvieron por hijo a D. Álvaro de Quiroga, que se casó con Dña. María de Estrada, teniendo a su vez dos hijos: Gaspar de Quiroga, que falleció y Juan de Quiroga y Guzmán, que hereda el patronazgo de las memorias del Cardenal, casándose con Micaela de Olivares. La rama de los Melgarejo se une a los Quiroga a través de Inés Francisca de Quiroga, como se ve en el árbol genealógico que se conserva en el Archivo Histórico Nacional (fig. 36).
746 A. H. N., Consejos, legajo 5310, IV pieza, Casa Quiroga. 372
747 A. CH. V., Fondo Sección Pleitos Civiles, Alonso Rodríguez (olvidados) Caja 0950.0001 373 No cabe duda de que el uso del apellido Quiroga por parte de Joaquín Melgarejo está relacionado con el interés económico por el resultado de este pleito sobre las rentas del patronazgo. El padre de Joaquín, Luis Melgarejo, como patrono del convento, intenta ya en 1768, que los frailes le den cuentas de las rentas de las memorias pías que dejó establecidas el cardenal Quiroga
747 . A su muerte, será el hijo, que hereda el título del marquesado, el que se decide a ejercer de patrón y reclamar las cuentas de los frailes, algo que no había podido conseguir su padre, que debió de morir en 1775 . En este asunto empeñará 20 años, desvelándose en el desarrollo del proceso dos o tres aspectos de la personalidad del marqués: su fuerza de carácter, su persistencia, así como el desmedido interés por el dinero y cierta falta de honestidad.
La obligación de llevar los libros viene de la escritura de aplicaciones de bienes, que hicieron los testamentarios el 26 de julio de 1626, en donde se menciona que el convento ha de tener libro encuadernado en papel de marquilla, un inventario y memoria de todos los bienes y rentas, así como las escrituras de los títulos y pertenencias. Como se ha dicho, al principio no quedan claros los intereses de Melgarejo, aparentando su preocupación como patrono en revisar las cuentas de los frailes pertenecientes a las Memorias de Quiroga y convertirse en el valedor de las obras pías establecidas en las mismas, que según su parecer no se están cumpliendo, pero pronto en el desarrollo del proceso podemos ver como su fin último es hacerse cargo de todas las rentas del convento que durante los 141 años últimos no se han empleado, como debía de haberse hecho. En este empeño por revisar los libros de cuentas subyace la oportunidad de administrar muchas de las posibles rentas conventuales, dentro de la mentalidad de la época sobre los “tesoros” de los conventos y el acúmulo de propiedades, en muchos casos no exenta de razón. Veremos que la cuantificación de la deuda que finalmente se reclama “para su administración” por parte del patrono sobrepasa los 8 millones de reales, de ahí el empeño del mismo. Hay que tener en cuenta que estas rentas provenientes de Quiroga, aparte de lo que se dotó al convento para las obras iniciales, suponen algo más de las 3/4 partes de todas las propiedades y rentas conventuales, como reconocen los frailes cuando abordan los gastos originados por el pago del Subsidio y del Excusado. Otro aspecto singular de este proceso es el hecho de que se pretende supervisar una contabilidad que durante 141 años no se había llevado a cabo como tal, ya que los frailes , según hemos podido ver en algunos de sus libros de cuentas que se conservan en el Archivo Histórico Nacional, anotaban de forma conjunta estas rentas junto con el restos de gastos e ingresos conventuales. Para realizar esta contabilidad piden un plazo de 2 meses por año fiscal, lo que se traduce en un plazo de 20 años para su elaboración, plazo que efectivamente no fue admitido por la Chancillería, que concedió un total de dos años. Otro de los argumentos que emplean los frailes, prácticamente desde el inicio del proceso, es el de cuestionar la legitimidad del tribunal laico sobre el eclesiástico, sin que este punto se aclare durante el desarrollo del mismo. El pleito realmente se inicia con el padre de Joaquín, Luis Melgarejo, primer Marqués del mismo título, al intentar de forma extrajudicial recabar unas cuentas al convento, en el año de 1768, que no se controlaban por los patronos desde el año de 1641 y sin que al parecer el 748 A. P. A. C., Libro de protocolos de los papeles que se contienen en este archivo del convento de N. P. S. Agustín de la villa de Madrigal, p, 40. 749
Ibídem, p, 40 vº. 750
Ibídem, p, 41. 374
Marqués obtuviese resultado alguno por parte de los frailes. En efecto, en este año de 1768, D. Antonio Martínez, apoderado de D. Luis Melgarejo y Quiroga, patrono del convento en ese momento, escribió una carta al prior para reclamarle las cuentas, reconviniéndole el que los frailes no cumplían con las pías memorias del señor Cardenal a la que le contestó el prior, sin que el patrono se diese por satisfecho
. El marqués, mediante un despacho del Provisor de Ávila, requirió que en un plazo de 15 días presentasen en dicho tribunal las cuentas mencionadas, pero el prior, ante notario, expresó que el convento no se negaba a facilitar estos datos pero que en todo caso, según las escrituras de fundación, los tribunales competentes para entender en tal asunto eran los eclesiásticos de Madrid o Ávila. Por este motivo, en otra carta del prior, se le hace saber al patrono que se le invitaba a venir personalmente al convento para tomar estas cuentas y registrar dicha fábrica, como se dispone en la donación, recordándole que el convento le está pagando anualmente los 1.200 ducados de renta. En esta misma carta el prior le recuerda el orden que tienen que guardar las cargas derivadas de las pías memorias: en primer lugar
. En segundo lugar, mantener 30 religiosos, 15 de ellos sacerdotes lectores, confesores y predicadores. En tercero, la aplicación por el alma del señor cardenal de más de 3.000 misas anuales, por las que el convento podía cobrar 37 reales cada una. En cuarto, que el día de Reyes, por ser el de su nacimiento, se hiciese procesión claustral, misa solemne y responso cantado; el 20 de julio, su aniversario solemne, con vigilia, misa y responso con campanas; y el 20 de noviembre, el día que falleció Quiroga, vigilia, misa, sermón y responso, todo lo cual cumplían los frailes, según explica el prior. Y que, solamente con estas cargas, no alcanzaban las rentas que ahora mismo se cobraban de los juros, censos y de la dehesa de Fuente el Caño. En quinto y sucesivos, se pagaba 1200 ducados al patrón, 882 reales al prior, 100 ducados al cabildo, beneficiados, corregidor y regidores, por la asistencia a las dos fiestas de 6 de enero y 20 de noviembre. Además, el convento contribuía con 1000 ducados al capítulo provincial y con otra cantidad similar para la parienta de sangre, dejando estos pagos sujetos a las posibles rebajas o pérdidas de valor de las rentas que se cedieron al convento, recordando el prior como, desde el año de 1727, se han rebajado los intereses a un 3 % y que otras rentas prometidas nunca se llegaron a manos de los agustinos, por lo que en conjunto, lo que al presente se cobra, no alcanza para las mencionadas cargas
. El patrono, con esta contestación del prior, excusó su presencia en Madrigal alegando razones de edad y salud y retirando la instancia puesta en Ávila. Esto sirvió para que los frailes comenzasen a interesarse por la formación y seguimiento de estos libros de cuentas, que deberían de haberse iniciado en 1640, tras las últimas cuentas dadas ese año a D. Alonso de Quiroga:
751 A. P. A. C., Carpeta azul, s.f. 752 A. CH. V., Fondo Sección Pleitos Civiles, Alonso Rodríguez (olvidados) Caja 0950.0001. Este pedimento de las cuentas se hace a través del doctor Juan Rodríguez de Varahona, de la iglesia de San Nicolás. 375
“ En la villa de Madrid, a veynte y ocho días del mes de diciembre de mill y seiscientos y quarenta, ante mi el escrivano ynfrescripto paresció presente don Alonso de Quiroga y Guzman, residente en esta corte, patrono que es de las memorias y obras pías que dejó y fundó el eminentísimo señor don Gaspar de Quiroga, arçobispo que fue de Toledo, y dijo y otorgó aver rescivido del padre fray Juan de la Cruz, prior del monasterio de San Agustín de la villa de Madrigal, seiscientos ducados que le a dado y pagado por mano de Francisco de Solís por la paga de Navidad del año pasado de mill y seiscientos y treynta y ocho, de los mill y ducientos ducados que dicho conbento le paga an cada un año como tal patrón de las dichas memorias. Y de los dichos seiscientos ducados se dio y otorgó por vien contento y pagado a toda su voluntad por los aver rescivido en dinero de contado ...... y de ellos tengo carta de pago en forma ante mi el ecrivano , siendo testigo Francisco Borxa y Alonso de Llamas y Francisco Fernández, estantes en esta villa y el otorgante que doy fe conozco lo firmó don Alonso de Quiroga ante mi Juan Bernardo....” 751 . En efecto, la última vez que se había aprobado la administración de las rentas provenientes de las Memorias y Obras Pías de Quiroga había sido en noviembre de 1640, por D. Alonso de Quiroga, a la sazón patrono del convento, quien solicitó a través del párroco de San Nicolás al prior de los agustinos, fray Juan de la Cruz, para que le diese cuenta de las mismas, el cual las remite informando de todas las rentas que no se habían podido cobrar por quiebra de los arrendadores de las salinas y de como S.M. había usado lo que se cobró de la Cámara Apostólica. El saldo favorable de 12.562.340 mrs, descontando las cargas y las obras que todavía se están llevando a cabo en los remates del claustro y escalera, no se han cobrado en su totalidad por las razones mencionadas Download 3.97 Mb. Do'stlaringiz bilan baham: |
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