Tesis doctoral
Dependencias de servicio y zona de huerta
Download 3.97 Mb. Pdf ko'rish
|
- Bu sahifa navigatsiya:
- 1.9.1.1 Sobre la observancia regular y la vida reglada del convento
- 1.9.1.2 Organización del convento y número de religiosos
- 1.9.1.3 Los capítulos provinciales
1.8.3.4 Dependencias de servicio y zona de huerta: En el cuerpo trasero de orientación S O, apenas quedan restos visibles, habiendo desaparecido también el cuerpo que separaba el claustrillo del patio de servicio, así como la crujía que entestaba por el O contra la torre y que tenía dos plantas de altura. El nivel de escombros sobre este antiguo patio permite suponer que si se realizase la pertinente excavación arqueológica sobre esta zona, se podrían descubrir los arranques de los muros de estas primeras edificaciones conventuales, aspecto que, en nuestra opinión, sería del máximo interés. La zona de la huerta, de 1 ha. aproximadamente de superficie, se ha conservado hasta hace relativamente poco tiempo y confería al conjunto conventual un especial interés, por cuanto desde su más antigua fundación el convento la había mantenido dentro de sus cercas, no solo como aprovechamiento económico, sino como complemento de recreo y descanso, que daba sentido al “ora et labora” de los frailes. Arrasados sus muros y árboles y convertida en campo de labranza cerealista, se han perdido también la fuente de Santa Clara y el pozo, que originaron el primer asentamiento o eremitorio. Ha desaparecido, en su totalidad, cualquier vestigio de como estaba organizada esta zona del convento
. Su perímetro se adivina, por la cimentación todavía visible de su muro de cerramiento, existiendo algunos restos de estas tapias, así como de las conducciones de agua que sorteaban la cava, desde la acometida real al palacio de Juan II y a la fuente de la plaza. Una pequeña excavación arqueológica, similar a la que se ha descrito como necesaria en el interior del edificio, permitiría situar las norias y fuentes de la huerta, que se han mantenido hasta hace pocos años.
893 L. Álvarez, Contribución al estudio de la reforma religiosa en el reinado de los Reyes Católicos, pp. 145- 212. 894 El Carmelo Descalzo, por ejemplo, se constituye en Congregación de Observancia en 1587, desgajándose como nueva orden de los carmelitas en 1593. J. García Oro, “ La Iglesia en la España de los siglos XV y XVI, en Historia de la Iglesia en España, t. III, p. 340. Los Agustinos se escinden en 1588 en Talavera en una rama de mayor disciplina, la Recolección Agustiniana, que con el paso del tiempo dará lugar a una nueva orden. 463
Aparte de los aspectos históricos que se han desarrollado en los capítulos anteriores y que se han centrado principalmente en el propio edificio, se han ido viendo algunos otros, a medida que surgen y son necesarios para aclarar este contexto, que tienen como argumento el convento como comunidad socio religiosa. Parte de estos últimos aspectos, que no se alejan del objeto de este trabajo, en cuanto que explican la realidad conventual que tiene reflejo en su arquitectura, se analizan someramente en este capítulo, especialmente aquellos que describen la organización y vida del convento, ya que nos permiten entender las motivaciones y decisiones que han conformado su historia. Estos puntos que trataremos son: el de la adscripción a la observancia; el funcionamiento y número de religiosos; los capítulos provinciales; las labores de docencia del convento; y las relaciones con la villa de Madrigal. Se han separado por otro lado los aspectos económicos, por constituir un apartado distinto, especialmente relacionado con la arquitectura del convento
Muchas órdenes regulares venían sufriendo, desde época medieval, un continuado proceso de relajación de las costumbres conventuales, así como de sus diarias prácticas religiosas. Este fenómeno se arrastraba desde finales del siglo XIV, pero no cabe duda que se incrementó en los tiempos del Cisma. Por otro lado, después de la peste negra de 1348, que azota Europa y la Península Ibérica, muchos conventos, que pierden parte de sus religiosos, abren sus puertas a personas necesitadas de refugio material y espiritual, cuya falta de vocación irá en detrimento del cumplimiento de las reglas conventuales. Esta situación, que se da en toda Europa, se une, a principios del siglo XVI, a la preocupación de la iglesia romana por la escisión protestante, crítica con la relajación de costumbres del estamento eclesiástico, lo que llevará a que en los reinos peninsulares, los Reyes Católicos promuevan una serie de reformas respecto al clero, las cuales necesitan del papado para su aprobación 893 . En 1493 el papa Alejandro VI concede una bula para la reforma de los conventos de los reinos hispanos administrados por Isabel y Fernando, efectuándose la misma desde los propios conventos bajo la supervisión de los obispos. Esta reforma, de difícil aplicación en algunas órdenes, seguirá su proceso durante los reinados de Carlos I y Felipe II y durará hasta finales del siglo XVI, superponiéndose a la creación de nuevas familias monásticas de descalzos o recoletos que se desarrollan al amparo de los postulados del concilio de Trento
.
895 I. Aramburu Cendoya , “ El Capítulo toledano de 1504. Fin de la Claustra en la Provincia de España”, en Archivo Agustiniano, LVII, El Escorial, 1963. 896
D. Barranco Moreno, Una aproximación histórica a dos comunidades de villa y tierra abulenses, pp. 240-241. 464
La Observancia es pues un proceso recurrente durante todo este periodo de tiempo, que abarca casi dos siglos, en el que se pretende retornar a los modos y prácticas de las primeras comunidades, en aspectos como la oración y el retiro, transformando la relajación de la regla disciplinar de muchos de los claustrales. El estudio vuelve a tener su lugar en la vida conventual, junto a las celebraciones litúrgicas y en algunos casos, el trabajo físico. En cuanto a los agustinos, en el año de 1438 se funda la Congregación de la Observancia, cuyo inicio se da en el Capítulo de 1439, en el convento Los Santos de Villanubla de Valladolid, por iniciativa de Juan de Alarcón. Muchos conventos de la provincia de Castilla se integraron en la Observancia durante los reinados de los Reyes Católicos y Carlos I, interesados en un clero regular cohesionado y afín a los intereses de la monarquía. En la orden agustina coexisten por un lado los conventos “claustrales” y por otro, los que siguen las reglas de la “observancia”. Existe un proceso generalizado, especialmente en la segunda mitad del siglo XVI, de “reducir” los primeros a la Observancia Regular de la Orden
interesados, o en otros casos por la fuerza, en base a un Breve Papal y a la autoridad del monarca, representada por los poderes civiles, que tomando posesión del monasterio obligaban a poner en común los patrimonios individuales (algunos muy considerables) y a realizar otra serie de reformas en base al cumplimiento de las Constituciones de la Orden. Como se ha dicho, la Observancia persigue, por una parte, restituir la vida en común (que de alguna forma se había perdido) y por otra, ahondar en la espiritualidad individual y en el recogimiento interior, a través del silencio y el retiro. Los agustinos de la Provincia de España se acogieron de forma amplia a la Observancia, como quedó patente en el Capítulo de Toledo de 1504 895 . En el inicio, al haber solo una Provincia esta se denominó de España, pero al dividirse posteriormente, esta provincia pasó a llamarse de Castilla. En el capítulo de Arenas, de 30 de mayo de 1511, se había dividido la Congregación agustina en cuatro visitaciones : Burgos, Salamanca, Sevilla y Toledo. A partir del Capítulo de Dueñas, de 1527, se constituyen las provincias de Castilla y de Andalucía, a cada lado del río Tajo. Posteriormente en el capítulo que se celebra en Dueñas en 1541, las Provincias de Andalucía y de Castilla se unen, formando la Nueva Provincia de España de la Observancia, volviéndose a separar en 1582, hasta el siglo XIX. En Madrigal, el convento de las agustinas Santa María de la Piedad (luego Santa María de Gracia la Real) se adscribe muy tempranamente a la reforma de la Observancia, en el año de 1438, por la Bula de Eugenio IV. Un siglo más tarde, cuando en el mismo edificio se establecen los agustinos, sobre 1536, el convento se adscribe a la Observancia en el mencionado Capítulo de Dueñas de 1541.La comunidad de agustinos de Madrigal se constituye de Calzados frente a otras del entorno, como la de Ermitaños Descalzos de la Orden de San Agustín, que se establece en El Risco en el segundo cuarto del siglo XVI 896 . En paralelo a las grandes discusiones sobre normativa, en el libro que se conservaba en 897 Ordenes en el convento de Madrigal de Fray Alonso de Madrid en 1554. A. H. N. Clero regular, legajo 586 898 Ordenes en el convento de Madrigal de Fray Pedro Suárez en 1577. A. H. N. Clero regular, legajo 586. 899 En el Apéndice , se incorpora un cuadro con los Priores que se conocen del convento de N. P. San Agustín de Madrigal, extramuros, así como de los Provinciales de la Provincia de España o de Castilla que aparecen en las fuentes documentales. 465 la celda prioral de los agustinos de Madrigal, donde se apuntaban los mandatos de los Provinciales en sus visitas al convento (hoy en el A. H. N.), se reflejan algunas anotaciones encaminadas a reprender ciertas conductas de los frailes en cuanto a la vestimenta. “...mando al padre prior que visite las camissas y que las que hallare con collar chico o grande,
Hay que tener en cuenta que este libro de visitas y mandatos se comienza en los años en que está concluyendo el Concilio de Trento. En el mismo libro, unos años más tarde, se anotan algunas órdenes destinadas a evitar la relajación en las salidas del convento, prohibiéndose las visitas individuales al cercano convento de las agustinas. Al parecer los religiosos tenían cierta facilidad para entrar o salir, visitar parientes y enfermos o encargarse de algunas gestiones.
. No parece que se cumpliese a rajatabla la clausura rigurosa de la Observancia, toda vez que el convento de Madrigal impartía docencia desde el patronazgo de Quiroga. Una de las causas del relajamiento de la disciplina conventual se había achacado precisamente a las prerrogativas que tenían los frailes dedicados a estos menesteres docentes.
La autoridad del convento la ejercía el padre prior, si bien las decisiones significativas se tomaban colegiadamente a través del capítulo conventual. La elección del prior se efectuaba por el Padre Provincial, en el capítulo Provincial
. El vicario o sub-prior hacía las veces de prior en ausencia de éste. Otros cargos conventuales eran el de depositario, procurador, maestro de novicios, sacristán, director de coro, cocinero, portero, etc... Las labores del prior consistían, principalmente, en dirigir los aspectos internos de la vida conventual, horarios, tareas, etc, así como asumir la representación conventual ante otros estamentos. Los frailes, de no estar enfermos, tenían la obligación de acudir a las celebraciones litúrgicas, tales como la misa diaria y el rezo de las horas canónicas. Una vez por semana estaban obligados a confesión, en el capítulo de culpas. Debían asistir a los capítulos conventuales cuando estos se convocasen (a toque de campana tañida) y a la lectura comunitaria, que solía celebrarse de forma diaria. Las actividades se repartían entre el descanso (8 horas), las comidas
900 El número de religiosos que firma el primer tratado es de 15, si bien habría que añadir alguno que en ese momento estuviese enfermo o ausente. 901
A. P. A. C., Folios cosidos al Libro de Protocolos de los papeles que se contienen en este archivo del Convento de N. P. San Agustín de la villa de Madrigal. p. 1 vª . 902
A. G. S. Dirección General del Tesoro, Inventario 24, legajo 1.301. 903
A. H. P. A., Catastro del Marqués de la Ensenada, Tomo I Propiedades Eclesiásticas, H-483. 904
Instituto Nacional de Estadística, Censo de Aranda, tomo I, edición facsímil, Real Academia de la Historia, I.N.E., Madrid, 1999. 466 ( que solían ser dos o tres), las actividades litúrgicas, el estudio y el trabajo manual, si bien este último estaría encomendado a los estudiantes, toda vez que el convento de Madrigal tenía como una de sus actividades principales la docencia, por lo que los trabajos agropecuarios y de la huerta asociada al convento solían hacerlos los criados o mozos que tenían para tal fin. En cuanto al número de frailes que tenía normalmente el convento, varía en las diversas épocas. Habíamos visto como, a partir de 1590
, en las fundaciones o tratados quedó establecido el número de frailes que debería de tener el convento de Madrigal, con un mínimo de:
“... treinta religiosos: los seis confesores aprobados, tres lectores que leiesen artes por tres años, y theología escolástica por quatro, tres predicadores, quince estudiantes, el prior y dos oficiales...” 901 En el censo de 1591 902 el número de religiosos era de 24, mientras que las monjas de Madrigal llegaban a 55. Sabemos que, en 1610, cuando se encarga la sillería para el coro de la nueva iglesia, el número de sitiales o sillas que ejecuta por contrato Alonso de Vallejo es de 33 (más una baja), lo que nos da una idea de que los frailes serían alrededor de 30 por estas fechas. Si bien no tenemos datos exactos en lo que respecta al siglo XVII, lo más probable es que, tras la última fundación de 1624, su número estuviese en torno a los 30 mencionados y que el incremento posterior se diese ya, principalmente, en el siglo XVIII. Los censos modernos del siglo XVIII nos permiten comprobar, de alguna forma, la cantidad de religiosos que residen habitualmente en él, siendo fiables en gran medida, especialmente el primero de ellos, donde vienen sus moradores con nombres y apellidos. Nos referimos al catastro del Marqués de la Ensenada de 1751, al censo del Conde de Aranda de 1768 y por último, al de Floridablanca de 1786. Esta constatación numérica sirve para ver como se cumplen las condiciones de los tratados en este aspecto y por otro lado refleja la “salud” económica y organizativa del convento. Los datos que nos aporta el catastro de 1751 son los que contienen más información sobre las personas y las propiedades del convento de Madrigal. En este catastro del Marqués de la Ensenada (1751-1755) vemos como el número de frailes es de 42, a los que hay que añadir, 12 criados o personas que se encargan de algunas de las labores manuales y agropecuarias, dado que (como se acaba de decir) los religiosos estaban dedicados principalmente a la enseñanza 903 . El
censo del Conde de Aranda (1768-1773) nos dice que en el convento de agustinos de Madrigal, adscrito a la parroquia de Santa María del Castillo, hay 37 frailes y 3 criados 904 . En el censo del Conde de Floridablanca (25 de julio de 1786) se señala que el número de clérigos que habita el
905 Instituto Nacional de Estadística, Censo de 1787 " Floridablanca" Ávila, I. N. E., Madrid 1987. 906 A. H. P. A., Lucas Gutiérrez de Cordovilla, protocolo 3765, s.f. 907 A. CH. V., Sección pleitos civiles , Alonso Rodríguez (olvidados, caja 0950.0001, documento nº 3. 467 convento es de 43, sin especificar si están incluidos otro tipo de curatos 905 . Vemos pues, que durante gran parte de este siglo XVIII, el número de frailes que habitan el convento extramuros oscilaba en torno a 40. 1.9.1.3 Los capítulos provinciales: Una de las misiones principales de estos capítulos era la elección de Provincial, el cual era elegido por votación y solía recaer en frailes de la orden de reconocida preparación intelectual. Tal es el caso del capítulo celebrado el 14 de agosto de 1591, en el que salió elegido fray Luis de León, el cual murió el 23 de ese mismo mes, antes de disolverse la asamblea. Los conventos contribuían al mantenimiento de la Orden, vía colecta Provincial y General, que se fijaban en estos capítulos. Madrigal es sede de los capítulos provinciales desde que, en 1590, con el primer Tratado, el cardenal Quiroga estableciese una dotación de 100 ducados anuales para la celebración de los mismos.
“... y se aría en este monasterio de aquí adelante el capítulo probincial de la dicha nuestra horden, todas las bezes que se obiere de azer y por esta causa y para este efecto Su Señoría Ilustrísima dio más cien ducados en cada un año... " 906 . En 1626, los testamentarios del cardenal elevan esta dotación para la celebración de los capítulos de la orden en Madrigal, a la cantidad de 1000 ducados. Como los capítulos se celebran cada tres años, entran en esta cantidad los 300 ducados asignados con anterioridad, a razón de 100 en cada año. La asignación de esta renta obligaba a los agustinos a que la sede de estos capítulos fuese Madrigal y a que las misas capitulares se hiciesen por el alma de Quiroga. “...Que el dicho convento ha de quedar obligado de hacer el gasto de los Capítulos Provinciales de su orden, que esta provincia hace en aquel convento de San Agustín de Madrigal, de tres en tres años, como no exceda el dicho gasto de 1.000 ducados en cada capítulo en que han de entrar y entren los 300 ducados que hasta agora el dicho convento contribuía para los gastos del dicho capítulo por obligación que a ello tenía por la fundación primera que hizo el señor cardenal y con aquellas mismas condiciones, y si se gastare más de los dichos 1.000 ducados lo provea y ponga la provincia y si se gastare menos se quede con ello el dicho convento para sus necesidades, con lo qual la dicha provincia ha de quedar obligada a hacer los dichos capítulos siempre en aquella casa y convento de Madrigal, sin que se pueda hacer en otra parte, aunque qualquiera persona de qualquier dignidad, preminencia y calidad que sea les ofrezca y de mucha más cantidad de los dichos 1.000 ducados y mejores condiciones. Y las misas que mediante el capítulo se digeren por los religiosos que asistieren a el, han de ser por el alma del dicho señor cardenal Quiroga, y en todos los conventos y monasterios de la provincia se han de hacer las honras por el dicho señor cardenal en el miércoles o jueves siguiente de como saliere elegido el provincial; y con condición que al dicho convento no se le puedan hacer repartimientos ningunos para gastos de la dicha provincia, ni para gastos de Roma, aunque sea por mandato del General; y si de hecho se le repartiere alguna cantidad esa misma se pague de los dichos 1.000 ducados que se han de gastar en cada capítulo y se gaste menos...” 907 908 A. CH. V., Ibídem. 909 B. Estrada Robles, Los agustinos ermitaños en España hasta el siglo XIX, Editorial Revista Agustiniana, Madrid, 1988, p. 327, da las fechas de celebración de los capítulos de Arenas en los años: 1457, 1467, 1477, 1481, 1489, 1493, 1501, 1503, 1509, 1511, 1517, 1529, 1537, 1545, 1554, 1557, 1560 y 1566. T. de Herrera, Historia del convento de San Agustín de Salamanca, Madrid, 1652, p.17, da en cambio las de: 1457, 1467, 1477, 1489, 1493, 1495, 1497, 1501, 1503, 1509, 1511, 1517, 1529, 1537, 1545 (sale Provincial fray Alonso de Madrid), 1554, 1560 y 1569. 468 Algunos de los capítulos provinciales, de los que se conoce su celebración en el convento de N. P. San Agustín de Madrigal extramuros, son: Durante el siglo XVI: 1591 (muerte de fray Luis), 1592, 1595 y 1598. Durante el siglo XVII: 1601, 1604, 1607, 1612, 1615, 1618, 1621, 1624, 1627, 1630, 1633 , 1635, 1638, 1641, 1644, 1647, 1650,.....1665, 1668, .....1687, 1690, 1694 y 1697. Durante el siglo XVIII: 1700, 1709, 1715, ....1739, 1742, 1748, 1751, 1754, 1757, 1760, 1763, 1767, 1771, 1775, 1783 y 1791. Los capítulos se hacen de forma trienal, hasta el año 1763, en que se comienza a celebrar de forma cuatrienal. En el año 1783, los agustinos declaran haber gastado en la celebración de los capítulos provinciales, desde el año de 1641 (en que se habían rendido cuentas al patrono D. Alonso de Quiroga) la cantidad de 158.400 reales, que equivalen a 14.400 ducados
Download 3.97 Mb. Do'stlaringiz bilan baham: |
ma'muriyatiga murojaat qiling