Tesis doctoral
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624 . Así pues, retomando la obra conventual, el 24 de junio de 1632 se firma un contrato y las condiciones, entre el prior fray Juan de la Fuente y Francisco de la Hoya, por la que el maestro de cantería se obliga a terminar la parte del claustro que faltaba, de igual forma que la que ya había en pie. En dicho contrato, el maestro se obliga a realizar, en piedra labrada, los tres cuartos restantes del claustro que dejo Domingo de Iriarte sin terminar, debido a su fallecimiento. Se concreta que serán iguales a los que existen, según la traza que tiene el convento, por lo que no cabe duda de que la traza de dicho claustro es anterior a la intervención de Francisco de la Hoya y casi con toda seguridad, de Domingo de Iriarte. Se trascribe el documento, muy deteriorado, del contrato mencionado: "...Digo yo Francisco de la Oya, maestro de cantería [...] la ciudad de Salamanca que me obligo de hazer [...] y acabar en toda perfeción los tres ángulos que están [...] en el convento de San Augustín de Madrigal, altos y bajos [co-...] de la manera que está hecho uno, que está edificado de piedra según [...] la traza que el convento tiene, lo que falta de hazer en ellos por [...] los pedrestales de los dichos tres ángulos están hechos, dándome el convento tres reales por cada pie cúbico y toda la piedra que fuere necesaria puesta al pie de la obra y todos los demás materiales como son cal y arena; de manera que yo tengo de poner solamente manos y maestría rebocados y puestos en perfección. Y el que oy día está hecho le tengo de revocar luego y ponerle en perfección, porque a de ser el modelo de los tres que me obligo hazer, y en todos quatro ángulos tengo de poner de medio a medio quatro escudos: dos de las armas del señor cardenal 625 A. H. P. A., Nicolás Alonso de Mercado , protocolo 3991, s.f. 326
. Francisco de la Hoya contrata con los agustinos la terminación de la cantería de los tres lados que faltan del claustro, así como la colocación de las rejas de la planta superior y el solado y las puertas pertenecientes a dicho claustro, y también el zócalo de cantería. Vemos como se aprovechan las losas antiguas, posiblemente las existentes del viejo convento medieval, para el nuevo solado. Cuando se firma el contrato, al parecer, Francisco de la Hoya ya había labrado alguna parte de las fábricas, lo que parece indicar que en el inicio estuvo trabajando con Francisco de Cillero y que, en un momento dado, se hace cargo de las obras. El 19 de mayo de 1633 se emite una carta de pago a Francisco de la Hoya, de los 9.054 reales que ha recibido del padre prior, fray Juan de la Fuente, por las obras de cantería que Francisco de la Hoya y Juan de Alvarado han realizado en el claustro del convento de San 626 A. H. P. A., Sebastián de Mercado, protocolo 3798, f. 63. 627 A. H. P. A., Sebastián de Mercado, protocolo 3991, s.f. 327 Agustín de Madrigal. Por lo tanto vemos que, ya en este año de 1633, Juan de Alvarado está trabajando en la cantería del claustro.
En marzo de 1635 aparece un anexo al contrato que en su día se firmó con Francisco de la Hoya, pero con referencia a la labor que ha de efectuar Juan de Alvarado. Este maestro de cantería de Salamanca, comienza a trabajar con los agustinos de Madrigal, probablemente a través Francisco de la Hoya, del cual sería compañero, pues juntos los hemos visto en varias obras. Juan de Alvarado contrata la parte de obra que queda, ya con el siguiente prior, Andrés de Saavedra, en los siguientes términos: "...En diez y siete de março de mill y seiscientos y treinta y cinco años, nos el padre frai Andrés de Saabedra, prior del convento de San Augustín de Madrigal y Juan de Alvarado, además de las condiciones de arriba sobre que el convento y el dicho Juan de Alvarado a de otorgar escritura, se añaden las siguientes: Y es condición ansí mesmo [...] de Alvarado se a de obligar [...] los ángulos del dicho claustro [...] sección y asta que esté acavado [...] no se a de pagar ni dar cosa [...] ni el dicho Juan de Alvarado a de [po-...] pedir que se medida asta que esté [aca-...] ángulo. Acabado, medido y pagado. Yten es condición que antes que comience la obra a de dar fianças segas (sic) i llanas pavonadas y a satisfación del convento de que cumplirá con la dicha escritura. Yten es condición que no a de pedir en ninguna manera mejoras ningunas de la dicha obra contenidas en las dichas condiciones. Y lo firmamos yo, el padre frai Andrés de Saabedra, prior del dicho convento, y el dicho Juan de Alvarado. [...] Frai Andrés de Saabedra. Juan de Albarado"
. Juan de Alvarado quizás sea hijo del maestro de cantería del mismo nombre que colabora en algunas obras con Juan de Nates. El 16 de enero de 1611, Juan de Alvarado entra de aprendiz 628 A. H. P. S., Bartolomé Velázquez, protocolo 4.248, f. 546. Publicado por P. García Aguado, Documentos para la historia del arte en la provincia de Salamanca. Primera mitad del siglo XVII, Salamanca 1988, p. 51. 629
A. H. P. S., Ambrosio Díaz Cornejo, protocolo 5575, f. 577. 630
A. H. P. S., José de Salvatierra, protocolo 4713, f. 391. 631
A. H. P. S., José de Salvatierra, protocolo 4714, f. 321 . 632 A. H. P. S., Diego Nieto Cañete , protocolo 4709, f. 1292 . 328 con Juan Moreno 628 . Alvarado participa en la construcción de numerosos puentes. En 1613 forma parte en la obra del puente de Salamanca,
también está presente en el contrato de la obra, ya mencionada, del puente de Ledesma
. El 14 de junio de 1626 se concierta para hacer las tapias del cuarto nuevo del Colegio de la Compañía de Jesús, en Salamanca
. Así pues, tanto Francisco de la Hoya como Juan de Alvarado, están en diciembre de 1635 a cargo de la obra del claustro del convento de Madrigal. Entre ellos firman un pliego de condiciones, donde se delimitan las obligaciones de asistencia a la obra y lo que han de cobrar por tal asistencia, así como que trabajan mancomunados, estando a medias en pérdidas y ganancias, tanto en esta obra como en las demás que en adelante les saliesen. “ En la ciudad de Salamanca, a treinta días del mes de diciembre de mill y seicientos y treinta y cinco años. Ante mi el escribano público parescieron los señores Francisco de la Hoya y Joan de Alvarado, maestros de cantería, vecinos de la dicha ciudad y dixeron que la obra de cantería del claustro del monasterio de San Agustín de la villa de Madrigal está y [corre] por quenta de anvos dos, a pérdida y gananzia, de quien el dicho Francisco de la Oya yzo zédulas y asiento con el padre fray Juan de la Fuente, prior que fue del dicho monasterio, y después el dicho Juan de Alvarado yzo escriptura de dicha obra y el cumplimiento y obligación della con el padre fray Andrés de Saavedra, prior que al presente es del dicho conbento, y siempre entre los dos fue trato y concierto que la dicha obra avía de correr por quenta de los dos a pérdida y gananzia y confiesan de ser verdad que la dicha obra corría y corre y a de correr por lo dos de nuebo. Por la presente, conforme lo que sobre ello fue y es trato y conzierto, se conziertan y declaran se a de guardar por anbos, es lo siguiente: Primeramente que el dicho Juan de Alvarado a de asistir a la dicha obra todo el tiempo que fuese nezesario para la execución y cunplimiento della, con calidad y condición. Que si por causa de enfermedad o por allarse del mucho tiempo que aya asistido a ella, el dicho Francisco de la Oya, siendole rrequerido por parte del dicho Juan de Alvarado, aya de acudir y asistir en la dicha obra como lo devía hazer el dicho Juan de Alvarado, y cada día de los que uno [u otro] asistieren en la dicha obra, ayan de aver y cobrar por su trabaxo y asistenzia, nuebe reales que se a de sacar de la gruessa de la obra y no alcanzando lo que diere el convento por sus manos, se a de suplir y pagar lo restante al que lo obiere de aver del alcanze que se yziere de la dicha obra. Yten es condición que el dicho Francisco de la Oya, en el tiempo que el dicho Joan de Alvarado asystiere en dicha obra de Madrigal, se le ofreziere tomar y tomare otra qualesquiera obra de cantería en qualquiera parte y cantidad, que sea ora por su parte o por parte de terzera parte en qualquiera forma que se a de entender y entienda, que en ella entra el dicho Joan de Alvarado, y a de correr y corra la pérdida y gananzia por los dichos como la dicha obra de Madrigal, y anvos tener parte en ella, obligados y mancomunados a su cunplimiento, bien como antes de averla sacado se conformaran e yzieran conpañia, que desde luego la azen y le da parte 633 A. H. P. S., José de Salvatierra , protocolo 4719, f. 1384-1385. 634 Las ventanas del claustro de 1,6 x 3,2 m, aparecen el la fotografía nº 647 del texto de M. Gómez Moreno Catálogo Monumental de la provincia de Ávila de principios del siglo XIX, con un tamaño inferior (de 1 x 1,2 m) por el macizamiento, con medio pie de ladrillo, del hueco primitivo. Este tapiado que disminuye su tamaño primitivo se pudo realizar cuando tras la desamortización el convento pasa a ser reutilizado como viviendas y fábrica de harinas. En todo caso se observan en los huecos las rozas sobre la sillería de los antepechos inferiores. 635 En este capítulo provincial que se celebra en Madrigal el 16 de abril de 1633, fue elegido provincial fray Martín de Aragón, proveniente del convento de San Felipe el Real de Madrid. Ver T. Herrera, Historia del convento de San Agustín de Salamanca , Madrid, 1652. 329
dello el dicho Francisco de la Oya y admite por su compañero en qualquiera obra que como dicho es, sea y esté a su cargo y quenta. Y ansi uno y otro lo azeta y se encarga y obliga a dar las fianzas que a cada uno tocare, así en la obra de Madrigal, como en las demás que uvieren parte. Yten que fechas y acavadas la dicha obra de Madrigal y demás desta conpañía, se a de azer quentas entre los dos y sacados los jornales y gastos, el interés o pérdida que uviere a de ser partible y correr por mitad por quenta de los dos, de manera que ygualmente se a de partir la gananzia y la pérdida que uviere, guardando el tenor y forma que se acostunbra entre los maestros del dicho arte. ......siendo testigos Gaspar Manzano [...] y Juan Moreno maestro de cantería y Juan Vazquez becinos y estantes en Salamanca e yo el escrivano doy fee que conozco a los [...] Francisco de la Oya, Juan de Alvarado. Passo ante mi ..... Jusepe de Salvatierra “ 633 Juan de Alvarado muere un poco antes que Francisco de la Hoya, pues en el testamento que hemos visto de Francisco de la Hoya se expresa la necesidad de arreglar cuentas pendientes de la obra de Madrigal con su viuda, María Vicente. En todo caso, parece que la labor de ambos maestros de cantería se limitó a la continuación de las obras del claustro que trazase y comenzase Domingo de Yriarte. A mediados de 1634 estarían bastante avanzadas, sino concluidas, las fachadas del claustro, pues en abril de este año el convento y su prior, que en este momento es fray Andrés de Saavedra, contrata con el carpintero de Madrid, Juan Díaz del Álamo, veinte ventanas de madera, con sus postigos, al precio de 50 reales por cada ventana y postigo. El número de ventanas coincide con las del claustro, por lo que parece más que probable que correspondan a los huecos de la planta alta del mismo 634 . Se estipula que las ventanas se harán similares a las que se han puesto en el ala del convento que se está ejecutando, que tiene que referirse al cuerpo del refectorio En este contrato de 9 de abril, con el carpintero Juan Díaz, se dice que las ventanas tienen que estar para el próximo capítulo que se celebre en el convento. Dado que este comenzó una semana más tarde, el día 16 de abril
, las ventanas se habrían comenzado a elaborar con anterioridad a esta fecha.
636 A. H. P. A., Nicolás Alonso de Mercado , protocolo 3992, folios 268-269 vº. 637 Si bien hemos visto como posteriormente, en Medina del Campo y otros lugares, ejerce como arquitecto, dando trazas de mayor envergadura. 330
y utilidad del dicho convento. Estando espezial y señaladamente su paternidad el padre fray Andrés de Sahabedra, prior del dicho convento... ...y de la otra Juan Díaz del Álamo, maestro de obras de albañilería y carpintería, vecino de la villa de Madrid y dijeron ser convenidos y conzertados de que el dicho Juan del Álamo aya de hazer y dar acabadas en perfezión, veinte ventanas y veinte postigos comforme a las que tiene fechas y elexidas para el quarto que se haze en el dicho convento, asistiendo a ellos, y darlas acabadas para el día que se zelebre y haga el capítulo provinzial en el dicho convento primero [...], pidiendo el dicho Juan del Álamo materiales para los dichos postigos ventanas y el dinero de costumbre, nezessidad es [...] dos meses antes e lo que a menester en quanto a materiales y dinero como fuere trabajando, y de no le dar y entregar dichos materiales y dinero, siendo requerido la parte del dicho convento del pedimiento del dicho Juan del Álamo, no se lo dando y entregando, le a de pagar el dicho convento las cosstas e daños que a él y sus oficiales que huviere trabaxando en la dicha obra, se le siguieren [...], sin que el dicho convento pueda meter otro ningún maestro ni oficiales a rehazer y acabar dichos postigos y ventanas... ...y el dicho convento le a de dar y pagar al dicho Juan del Álamo por cada postigo e ventana cinquenta reales” 636 . Se puede concluir, a modo de resumen, que durante este periodo de obras en el convento, correspondientes a la tercera fundación, se aborda principalmente la zona del claustro, siendo el principal maestro que interviene y el autor de las trazas del mismo Domingo de Iriarte, arquitecto de Madrid. El fallecimiento de éste, en noviembre de 1630, cuando solo llevaba dos años de trabajo, hace que Francisco Cillero, cuya figura está a caballo entre el maestro de obras y el arquitecto (pues de ambas formas se intitula), sea el continuador del mismo. Cillero es capaz de dar trazas para resolver problemas de estancias concretas del convento, como la sacristía 637 , aunque siempre a pequeña escala, dedicándose más bien a contratar y ejecutar determinadas fases de obra, especialmente de albañilería, bóvedas y cubiertas. Por último los maestros de cantería salmantinos, Francisco de la Hoya y Juan de Alvarado, son los que realmente levantan la mayor parte de las fábricas de cantería del claustro, siguiendo el modelo de lo que ya está realizado en 1632, por lo tanto su labor (por otra parte magnífica) se reduce, en este caso, al mero trabajo artesano.
638 Publicadas en el Archivo Agustiniano, por I. Aramburu Cendoya en 1962. 331
Estos dos siglos, que estilísticamente se corresponden con el barroco y la reacción neoclásica, no representan para el convento un periodo de obras significativas. El convento está ya construido en sus cuerpos principales y las obras que ahora se acometen son de cierre de las crujías interiores, lagar, bodega, enfermería etc., de sustitución puntual de viejas dependencias y ciertas obras de reparación y mantenimiento. Es este un momento de declive político y de penurias económicas que afectarán a la sociedad castellana, lo que unido al descenso demográfico, provoca un periodo de larga decadencia socioeconómica, que no cultural. Toda la sociedad, pero singularmente las clases más desfavorecidas, se verán afectadas por esta crisis, que se prolongará hasta mediados del siglo XVIII. Sin embargo, para el convento supone un periodo de cierta estabilidad que solo se verá alterado, al finalizar este siglo, por los cambios emanados en Europa tras la Revolución Francesa y especialmente por el reinado de José Bonaparte y la Guerra de la Independencia a comienzos del siglo XIX. A caballo entre finales del siglo XVI y el primer tercio del XVII, tenemos algunas noticias del convento de Madrigal, a través de las “Memorias para la Historia de la Provincia
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