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- 14. Retrato de los Reyes Católicos 168
163 El aplomo con que afronta su ejecución no hizo más que avivar las dudas de su verdadera personalidad, muriendo sin desvelar quién era la niña. No mejor suerte corrió el prior agustino, fray Miguel de los Santos, el cual fue condenado igualmente a la horca el 16 de octubre de 1595, muriendo en la plaza Mayor de Madrid, tras haber sufrido degradación en la iglesia de San Martín, y confesando en el último momento que “tuvo siempre a Gabriel Espinosa por el propio don Sebastián, y que si durante el proceso declaró lo contrario, fue por temor al tormento”. En el caso de que Gabriel Espinosa fuese un impostor, no cabe duda que el papel jugado por el agustino, confesor del rey portugués, sería decisivo a la hora suministrar los datos y conocimientos sobre el rey, con una probable estrategia al servicio de las facciones opuestas a Felipe II como el prior de Crato. Dado que el prior era ya una persona de avanzada edad, parece razonable suponer que se tratase de entronizar al mismo D. Sebastián, cuya muerte nunca se pudo probar, y cuyos derechos, cómo no, serían indiscutibles. Paradójicamente D. Antonio de
164 Encinas Alonso, op. cit., p. 112. 165 M. Formica, op. cit., p. 311. 86 Braganza muere en París el 15 de agosto de 1595, eliminándose para el monarca español todos sus “problemas” de legitimidad monárquica al mismo tiempo.
En cuanto a doña Ana de Austria, sufrió también un duro castigo impuesto por su tío Felipe II, pues en sentencia de 12 de junio pierde el título de Excelencia, rentas y prerrogativas, obligándola a vivir el resto de sus días recluida en voto de silencio y ayuno : “... En el negocio y causa criminal que pende ante nos en esta villa de Madrigal y en el Monasterio de Nuestra Señora de Gracia la Real de dicha villa, de la orden de San Agustín, en que de oficio de justiciase ha procedido contra dicha doña Ana de Austria, monja profesa de dicho monasterio y demás cómplices: Vistas las causas y confesiones que de todo resulta contra la dicha doña Ana de Austria: Fallamos que debemos condenar y condenamos a que sea sacada de dicho monasterio a otro que le sea señalado por persona que para ello tenga poder y facultad, sin poner en ello excusa ni dilación alguna, y entre tanto, en el que está y en el que le fuese señalado, desde luego este reclusa en su celda, sin salir solo a oír misa los días de fiesta, acompañada de las monjas más graves y ancianas que por la prelada se le señalare, y habiendo oído misa se vendrá a su celda, sin poder hablar nadie con ella en todo aquel tiempo. Y así mismo la condenamos a que todos los viernes del año ayune a pan y agua, ni la pueda servir ninguna monja, sino las criadas comunes del monasterio. Y así mismo que sea tratada como una monja particular, así en llamarla como en todo lo demás. Y mandamos que esta nuestra sentencia se ejecute como en ella se contiene, sin embargo de cualquier apelación que se interpusiese por justas causas que a ello nos mueven y por que así conviene al servicio de Nuestro Señor y de Su Majestad, reservando en nos el poder preveer cualquiera mandatos y que nos pareciesen convenir, y por esta nuestra sentencia así lo pronunciamos y mandamos. El doctor Juan de Llanos de Valdés. Pronunciose en 24 de julio de 1595, ante don Francisco Santander, escribano de su comisión....”
Nada más pronunciada la sentencia Ana es conducida al convento de agustinas de Nuestra Señora de Gracia en Ávila, donde pasa casi cinco largos años hasta principios de 1600, en que vuelve a Madrigal. Es de suponer la dureza de este encierro, privada de sus condiciones de privilegio anteriores y sobre todo sin poder hablar con nadie. La muerte de Felipe II el 13 de septiembre de 1598, es acogida con alivio, sin duda, por Ana, que a finales del año 1599 solicita al nuevo monarca Felipe III, su primo, le sean retiradas las condiciones de reclusión que estaba padeciendo, a lo cual accede el Rey
, que demostró en todo momento el afecto por ella que no tuvo su padre. El proceso vivido y los años de reclusión hacen mella en Ana, lo que impide que abandone los hábitos hasta el fin de sus días. Cuando vuelve a Madrigal tiene ya 32 años, pocas cosas han cambiado en la villa, las obras más importantes son las que están haciendo los frailes agustinos en su convento extramuros, cuya iglesia está ya prácticamente terminada con su impresionante volumen, visible desde el convento al que nuevamente regresa. Recuperada su dignidad, fue priora en Madrigal, y en 1611 Felipe III la nombra abadesa perpetua de las Huelgas de Burgos, para lo cual toma el hábito del Cister. En este mismo año de 1611, probablemente antes de ir a Burgos, sor Ana funda 166 A. A. M., Reseñado por C. M. Ajo González, op. cit. 87 en Madrigal una alhóndiga o pósito municipal en beneficio de los pobres de la villa, siendo Corregidor Juan Arias de la Rúa 166 .
la villa de Madrigal, a la grada y locutorio del, a ocho días del mes de julio año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mill y seiscientos y once, por ante mi el infrascripto escribano público, paresció la Excma. Señora Doña Ana de Austria, priora del dicho convento, en virtud de la licencia que del Padre fray Juan de Camargo, Provincial de la dicha Orden tiene.... Licencia... Por cuanto la Excma. Señora Doña Ana de Austria.....en cierta enfermedad que tuvo hizo promesa de dar mil fanegas de trigo a la villa de Madrigal para una alóndiga para los pobres por las oraciones y disciplina que por su salud, los vecinos de la dicha villa hicieron, por la presente doy licencia para que su Excelencia cumpla el voto que hizo.... Y usando de la dicha licencia que la dicha Excma señora aceptó dijo: Que ... dio, hacía e hizo gracia e donación.... al Concejo, justicia y regimiento de la dicha villa de Madrigal, de mil fanegas de trigo que de una vez le da, libradas en los maravedís que por merced del rey nuestro Señor Don Felipe, el prudente, segundo de este nombre, su tío, tiene de renta por sus días para su regalo, situados en las alcabalas reales de la dicha villa de Madrigal ....Y la dicha donación la hace por buenas correspondencias, obras y servicios que del dicho Concejo y vecinos de la dicha villa, a rescibido y en especial porque en cierta enfermedad que tuvo, por su salud intercedieron con oraciones y disciplina derramando sangre para que Dios Nuestro Señor se la restituyese y diese, por cuyps medios la alcanzó de la Magestad divina de Dios Nuestro Señor; y ansi mesmo por el amor que tiene a la dicha villa por el mucho tiempo que ha residido en ella por lo que y otras justas causas de cuya probanza relevó al dicho Concejo, le daba y dio las dichas mill fanegas de trigo para que las haya de tener y tenga siempre de manifiesto en un pósito y alóndiga, y que se hayan de dar y den en pan cocido en cada un año perpetuamente por los meses de abril, mayo y junio antes o después y cuando al Concejo le pareciere más conveniente para beneficio y aprovechamiento y sustento de los pobres de la dicha villa, la cual se haya de dar y de al mas moderado precio que fuere posible de manera que se saque cantidad suficiente para volver a emplear las dichas mill fanegas y repartir entre la iglesia de San Nicolás y pobres como adelante irá declarado, el cual dicho pósito a de estar aparte distinto sin meterle ni incorporarle con los que al presente tiene la dicha villa, poniéndole el nombre de la Señora fundadora y se ha de administrar y gobernar para siempre jamás por la justicia y Ayuntamiento della guardándose la ley y pragmática hecha en conservación de los pósitos en la villa de Madrid a dieciocho de mayo de mill y quinientos y ochenta y cuatro años......Y porque es muy contingente unos años bajar la cantidad de los pósitos y otros subir y crecer y su voluntad de determinada es queste sea de las mill fanegas por los años que bajaren desta cantidad se procurará en los siguientes aumentar hasta que llegue a tener las dichas mill fanegas , de cuya cuantía no ha de subir ni pasar, que la demasía como va dicho y declarado se ha de gastar y distrubuir en las dichas limosnas... ...en testimonio de lo cual lo otorgo assí en la dicha villa de madrigal el dicho día, mes y año, siendo testigos.....y de la dicha Señora otorgante a quien yo el escribano doy fe conozco, lo firmo en el registro. Doña Ana de Austria. Ante mi Cristóbal del Salto. Aceptación. En la villa de Madrigal a doce días del mes de julio de mill y seiscientos y once años, estando en Ayuntamiento ordinario el licenciado Juan Arias de la Rúa , corregidor en la dicha villa....se vio la escriptura de donación ffecha en favor del dicho Concejo, por la Excelentísima Señora Doña Ana de Austria atrás contenida por la qual da y dona al dicho 167 R. Moreno y Rodrigo, "Madrigal de las Altas Torres, cuna de Isabel la Católica" Ávila, 1949, pp. 141-147. 88
En este importante cargo de abadesa de las Huelgas, estará hasta aproximadamente el año 1629, cuando al parecer fallece. En Burgos Ana de Austria acomete importantes obras de reforma en el monasterio de las Huelgas, demostrando una iniciativa y capacidad que hasta ese momento no había tenido ocasión de desarrollar, a causa de una vida condicionada desde su nacimiento. 168 Este retrato de autor y fecha desconocido, se encuentra en el convento de Nuestra Señora de Gracia, de Madrigal. Parece estar realizado en vida de los monarcas, quizás después de su boda. 89
ESTUDIO HISTÓRICO DEL EDIFICIO Se ha tratado de conocer el desarrollo a través del tiempo del propio edificio, más que del convento como comunidad de regulares, sin perder el hilo argumental de su arquitectura, especialmente desde el momento en que se empieza a construir, a finales del siglo XVI, el nuevo monasterio con trazas clasicistas sobre el antiguo edificio medieval. Se ha dividido en ocho periodos que se han establecido en función de la densidad de datos y el conocimiento que se tiene de cada uno ellos, así como por la homogeneidad de los contenidos derivados de los acontecimientos que narran su historia . El primer capítulo nos introduce en ese primer edificio de carácter eremítico que se levanta a las afueras de Madrigal, del que se desconoce su origen con precisión. Pronto pasa a ser convento de agustinas, creciendo en importancia durante los Trastámara y el reinado de los Reyes Católicos hasta que en torno 1535, con Carlos V, las monjas ceden el edificio a sus hermanos de orden, trasladándose ellas al antiguo palacio de Juan II, dentro de las murallas de la villa. Al comienzo del siglo XVI las hijas naturales de Fernando el Católico, doña María y doña Esperanza de Aragón, profesas en él, marcan un periodo de máxima proyección de este primer convento fuera de la clausura de sus muros. 14. Retrato de los Reyes Católicos 168
90 El segundo capítulo abarca desde que los agustinos se instalan en Madrigal, por mediación de Santo Tomás de Villanueva, hasta el patronazgo del arzobispo toledano Gaspar de Quiroga, oriundo de Madrigal. Estas dos primeras etapas, que abarcan algo más de 300 años, son de las que se posee menos documentación, especialmente de los siglos XIV y XV, por lo que desconocemos como pudo ser el edificio que levantaron las agustinas. El tercero se centra en la figura del cardenal Quiroga por ser el personaje sobre el que gira la construcción del nuevo convento, principalmente a través de su testamento y de la figura de fray Luis de León, implicado en la ejecución de la traza conventual. Los tres capítulos siguientes, que abarcan desde 1595 hasta 1635, describen el desarrollo de la obra principal del nuevo convento a través de los arquitectos y artistas que intervienen. Concretamente Juan del Ribero en la iglesia, Alonso de Vallejo en el cuerpo de la fachada principal y Domingo de Iriarte en el claustro agustino. En el siete, que abarca de 1645 a 1835, se analiza el periodo en que las obras principales ya están concluidas. Las que faltan por hacer se irán dilatando, durante todos estos años, sin llegar probablemente a completar la traza prevista. Al finalizar este periodo algunos acontecimientos, como el largo pleito con el Marqués de Melgarejo, dan inicio a su declive. El capítulo ocho trata principalmente del proceso desamortizador que termina, como en otros mucho casos, con la vida conventual ya muy precaria por los acontecimientos y decretos de comienzo del siglo XIX y que a la postre será el origen de la ruina del edificio, el cual pasa a manos privadas, iniciandose su gradual desmantelamiento hasta llegar al estado de deterioro actual.
Se ha dispuesto un último capítulo que trata de los aspectos económicos del convento, por constituir un elemento de análisis del máximo interés en la estrecha relación que existe entre los recursos y las obras que se van desarrollando. Estos recursos provienen en su mayoría, como ya se ha comentado, de las rentas derivadas de las fundaciones que en su día estableció el cardenal Quiroga y sus testamentarios, procedentes de su fortuna personal. Se complementa con algunos aspectos de la organización y vida conventual, que ayudan a entender aunque de forma somera, la relación entre el edificio y los frailes que lo construyen y habitan, y que quiere ir un poco más allá de los estrictos datos obtenidos, en su mayor parte, a través de los diversos protocolos notariales.
169 Q. Aldea Vaquero y otros, Diccionario de historia eclesiástica de España, tomo I y III. C.S.I.C., Instituto Enrique Flórez, Madrid, 1972-1973. 170
C. M. Ajo González, Historia de Ávila y su tierra, de sus hombres y sus instituciones, por toda su geografía provincial y diocesana, tomos IV, Ávila, 1992, p. 25. 171
A. A. M. Publicado por C. M. Ajo González, El siglo XV: Primer siglo de Oro abulense, tomo XII, Ávila, 1994, p. 726.
172 Según el historiador agustino P. Tomás Herrera este documento se hallaba en el archivo de MM. AA. de Madrigal. Ver Alphabetum Augustinianum, vol. II, 1644, ed. Facsímil, Roma 1989, p. 147. 173
Pero Alfonso XI muere el 26 de marzo de 1350, por lo que la fecha de esta copia notarial es incorrecta; o bien es anterior, o se refiere a su hijo Pedro I. Ver J. M. Benítez Sánchez, (OSA), Actas del Simposium sobre La clausura femenina en España, Ediciones Escurialenses, 2004. Ver T. Herrera, Historia del convento de San Agustín de Salamanca , Madrid, 1652. 174
T. Viñas Román, “El convento agustiniano extramuros de Madrigal de Las Altas Torres” en La ciudad de Dios, CCXIV, El Escorial, 2001, 705-732. En el Libro de Protocolos..., que se conserva en el A. P. A. C. se dice que el convento se fundó en 1358, en referencia a T. Herrera. 91
Fundación y primera etapa como casa de agustinas. 1.1.1 Fundación. La aparición en la Península Ibérica del monacato en el que de alguna forma está presente la regla se San Agustín, podría datarse quizá desde la fundación del abad Donato en el 569
, que pudo traer los textos y las formas de convivencia desde África. Parece probable que, al igual que en el resto de Europa, existiesen en el siglo XII en los reinos cristianos de la Península pequeños cenobios eremíticos que siguiesen la regla agustina ( como los fundados en Francia o en Italia por Juan Bon de Mantua, muerto en 1249 ) y está documentado que la regla inspiró el funcionamiento de muchas catedrales hispana en los siglos X al XII. Esto significaría que se habrían mantenido durante la ocupación árabe, desde su posible inicio durante el periodo del catolicismo visigodo. En 1256 Alejandro IV unifica estos grupos eremíticos en la orden Agustina (Ordo Fratrum Eremitarum Augustini), en lo que se conoce como Gran Unión de la Orden Agustina, de acuerdo a las indicaciones dadas en el Concilio de Letrán IV de1215. Del inicio de estos primeros conventos agustinos en la Península se tiene constancia documental a lo largo del siglo XIII, durante los reinados de Fernando III y Alfonso X el Sabio: Córdoba (1236), Valencia (1240), Sevilla (1248), Cartagena (1256) etc. El Papa Urbano IV (11 de marzo de 1262), confirma las “casas, olivares, posesiones y derechos de la Orden de San Agustín” 170 . En un privilegio rodado emitido por Alfonso XI en Sevilla, en octubre de 1340, que confirmaba el de Fernando IV de Burgos de 1307, se defendían los bienes de la Orden de San Agustín en la provincia de España, así como se confirmaban los privilegios de los monarcas antecesores respecto al mismo tema y se concedían algunos nuevos
. El primer documento que hace referencia al convento de Madrigal es una copia notarial de 1466 172 , de otro de 1353 (1391 E.H.), sobre un privilegio de este mismo monarca Alfonso XI
, donde se expresa el conocimiento y aprecio que tanto el Rey como su madre Constanza de Portugal (hija de Dionís y de Isabel de Aragón) tenían del convento de agustinas, y dado que Constanza (esposa de Fernando IV) muere en Sahagún en 1313, habría que situar el convento con anterioridad a esta última fecha.
.
175 A. A. M. Ver C. M. Ajo González, Historia de Ávila y su tierra, de sus hombres y sus instituciones, por toda su geografía provincial y diocesana, tomo IV, Ávila, 1992, p. 26. 176
L. Represa de Partearroyo, Madrigal del Cid y de la Reina, C. S. I. C., Madrid, 1968, p.67. 92 En el tomo IV de Cándido Mª Ajo también aparece reseñado un privilegio de Alfonso XI, que conservan las agustinas.: “Pergamino sg XVI, copia notarial hecha por orden del subconservador Ivo Moro, arcediano de Lara, en la burgalesa Burgos 17-II-1454. Privilegio rodado de Alfonso XI, junto con la reina Doña María y el infante Pedro, que confirman el de Fernando IV y la reina Doña Constanza, Burgos 8-IX-1307, quienes en sufragio del alma de su padre Sancho IV y su madre Doña María, pasan la bula de Urbano IV mencionada en defensa de los bienes de la orden de San Agustín en su provincia de España, confirman los privilegios dados a la misma por los reyes antecesores como así mismo los suyos hasta la cantidad de 300.000 mrs. en cada convento, además de las heredades que tuviesen en la fecha, con las exenciones militares de hechos o tributos consabidos. Sevilla 10-IV-1340, entre los firmante está el obispo de Ávila D. Sancho ” 175 . Con anterioridad a estas fechas, la tradición, comúnmente aceptada, indica que fue una noble viuda de Arévalo, doña María Díaz, quien fundó sobre el lugar que ahora se encuentra el convento una pequeña ermita o eremitorio, dedicada a San Hilario, extramuros de la villa, situada probablemente sobre la fuente y arbolado que han existido hasta mediados del siglo XX. La advocación al santo pudo dar pie al asentamiento de una pequeña comunidad, que se desarrollo al amparo del crecimiento de las órdenes regulares durante los siglos XIII y XIV. Es un periodo de crisis social y política y de búsqueda espiritual, que se manifestará por la fundación de numerosas casas conventuales en toda nuestra geografía. Las monjas agustinas convierten en monasterio este asentamiento, con el nombre de Santa María de la Piedad (de Gracia), y la comunidad con el paso del tiempo fue creciendo en importancia. Hay en Madrigal diversas referencias del toponímico de este primer asentamiento en torno al santo:
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